Por Glen Rodrigo Magaña
Espectáculo desértico, íntimos bosques, sugerentes playas, tranquilos valles, un patrimonio volcánico, la “Ciudad del sol”, sortilegio prehispánico, arquitectura virreinal y estimulantes atardeceres, son algunos de los atributos de este norteño estado, el segundo más grande de México, que cuenta con una valerosa historia... entre hermanos indígenas guarijíos, yaquis, mayos, pápagos y pimas altos, un ilustre misionero jesuita de la época colonial, tierras fusionadas durante varios años con su vecino Sinaloa, un breve periodo de dominación por un filibustero y que sufriera la pérdida de gran parte de su territorio en aquella “Venta de La Mesilla”. Sonora, la que danza entre polkas y valses, imponente como sus mujeres, paisajes que también arrebatan el aliento y el íntimo encuentro de dos pueblos mágicos... entre minas y misiones.
El sueño de una mejor calidad de vida, en muchas ocasiones termina con un tiro en la cabeza al intentar cruzar una línea fronteriza o a causa de la deshidratación, los cuerpos caen desvanecidos por el cansancio, agotamiento de vivir la marginación, la miseria humana que viste de cruces –muchas sin nombre- la franja que separa nuestra nación con los Estados Unidos. Mítico sueño americano acompañado por el dolor de aquellos que sólo poseen una esperanza... y el hambre entre la desesperación, ventaja para quienes se enriquecen envenenando.
Por otro lado, nuestras raíces son la otra cara de la moneda, tradiciones que sobreviven desde hace miles de años, danzas a la luz de la luna que celebran nuestro mejor regalo... la vida, mística conexión en un entorno natural, el éxtasis al admirar un país que posee tanto y un ejemplo es nuestra belleza en el desierto... Sonora.
Llamado “Señora” por los españoles, palabra que resultaba complicado pronunciar a los nativos por la “ñ” -lo nombraban Sonora-. Aunque existe otra versión del nombre, ya que el hogar de los indígenas del norte lo llamaban “senot”, término que los conquistadores peninsulares cambiaron por sonora. En la época precolombina, en estas tierras norteñas existieron muchas civilizaciones diferentes a las de Mesoamérica, como los seris, kikapús, cucapás, pápagos, guarijíos y pimas, muchas de ellas aún habitan en el estado.
A ciencia cierta, se desconoce cuál fue el primer poblado que los españoles fundaron en Sonora. Algunos argumentan que fue Álvaro Núñez Cabeza de Vaca quien, en 1530, cerca de Huépac, establece la primera localidad, aunque también se cree que fue Francisco Vázquez de Coronado, quien funda en 1540 una villa en las márgenes del río Yaqui. Un dato interesante es que don Juan Bautista de Anza, sonorense oriundo de Fronteras, es el fundador del hoy puerto de San Francisco, un 27 de septiembre de 1775, pero eso no lo dicen nuestros vecinos del norte.
Durante mucho tiempo y hasta después del periodo de Independencia, Sinaloa y Sonora eran un mismo estado, hasta que el 19 de julio de 1823 son separados por decreto. En 1824 los unen nuevamente y el 14 de marzo de 1831, logran dividirse definitivamente. Hermosillo se convierte en la capital del estado y su primer gobernador fue don Manuel Escalante. Antonio López de Santa Ana, el 30 de diciembre de 1853, firma el Tratado de “La Mesilla”, con el cual cede una cuarta parte de territorio nacional a los norteamericanos, entre ellas, poblaciones que eran sonorenses: Túbac, Tumacácori, Nogales, así como Tucson y Yuma que ahora pertenecen a los estadounidenses. En ese tiempo, el pirata William Walker conquista y proclama la República de Sonora, que sería integrada por Baja California y Sonora, pero nunca logró realizarlo.
Otros datos históricos: el 1 de junio de 1906, tras la explotación de los mineros del municipio de Cananea, éstos se levantan en huelga provocando el inicio de la Revolución Mexicana. Además, este estado ha brindado cuatro presidentes de la República: Adolfo de la Huerta (1920), Álvaro Obregón (1920-1924), Plutarco Elías Calles (1924-1928) y Abelardo L. Rodríguez (1932-1934).
En materia turística, los sonorenses cuentan con varios encantos, como su capital Hermosillo o mejor conocida como la “Ciudad del sol”, con su hermoso kiosco elaborado en Florencia, Italia; la playas vírgenes de San Carlos, donde en el mar de Cortés, de noviembre a marzo puedes admirar a las ballenas grises; el Carnaval de Guaymas, que presume ser el más antiguo de México; admirar su gran desierto y vivir la adrenalina de sus deportes extremos; visitar Puerto Peñasco, afamado destino turístico de ésta región o conocer el impactante conjunto de cráteres volcánicos de “El Pinacate”, zona considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin restar la debida importancia de todos los demás, nuestra elección para este artículo fueron sus dos pueblos mágicos: Álamos o la “Ciudad de los portales”, que es la localidad de estilo virreinal más hermosa del norte de nuestro país y Magdalena de Kino, célebre poblado fundado por uno de los personajes más queridos por los sonorenses, el misionero jesuita Eusebio Francisco Kino.
Álamos... secreto minero virreinal
Minas de oro, plata y bronce, fueron el principal motivo para que Álamos fuera fundada el 8 de diciembre de 1683, bautizada como Real Limpia Concepción de los Álamos o conocida bajo el mote de “Real de Los Frailes”, gracias a una formación rocosa de la zona que simula la silueta de dos frailes. La también conocida “Ciudad de los portales” fue una de las metrópolis más importantes de la Nueva España, tanto que su trazo fue diseñado por varios arquitectos icónicos de la corona española, compartiendo una hermosa arquitectura estilo barroco e indígena.
La Plaza de Armas se encuentra rodeada por casonas de aquella época, con finos balcones de herrería, un elegante kiosco estilo morisco de hace más de cien años, su Palacio Municipal que data del año 1899 y el Templo de la Purísima Concepción, edificación barroca del siglo XVIII construida en cantera.
Respecto al turismo cultural, este poblado ofrece varias alternativas, ya sea que te des una vuelta por el Museo Costumbrista de Sonora, sitio en el que conocerás cómo era Álamos en sus gloriosos años mineros, acudir a la Casa de Moneda para satisfacer a aquellos amantes a los metales o tal vez prefieras visitar la Casa de María Félix, actualmente hotel, restaurante y museo de esta diva mexicana oriunda de esta ciudad.
Si pensabas que sólo Guanajuato cuenta con un rincón para los enamorados, pues resulta que en este mágico sitio también existe un “Callejón del beso”, con todo y leyenda novelesca, pero antes de ponernos sensibles, te proponemos que acudas al cementerio para producir en tu damisela la necesidad de protección, ya que las historias que ahí cuentan serán un buen motivo para demostrarle tu valentía.
La gastronomía es otro tema, ya sea que saborees algún corte de carne acompañado con un vino tinto, una machaca con huevo, los burritos de carne o un “pozole pobre”, preparado con frijol pinto, nixtamal y carne de res. El postre puede ser unas cajetas de guayaba y terminar con un buen “bacanora”, bebida típica preparada con cáctea y mezcal.
Después de divertirte un rato, ya sea en el Chato´s Bar, conocido por su gran chimenea y sus espectáculos como la “Danza del venado” o el intentar probar las 500 marcas de tequila de la Cantina Zapata, es necesario buscar hospedaje y para esto te sugerimos tres conceptos: el primero es la lujosa Hacienda de los Santos, Hotel Butique que tiene enormes habitaciones con decoración colonial y cuenta con bellas albercas; nuestra segunda recomendación son las Cabañas El Pedregal, íntimo encuentro boscoso entre valles y ríos; la última propuesta, es la oculta bahía virgen de Naupatia, donde entre un cielo estrellado, los ecos marítimos y una casa de acampar acompañado por amigables delfines, te harán vivir una grata experiencia.
El padre Eusebio Francisco Kino fue un personaje relevante en la historia sonorense, conocido por su buen trato hacia los indígenas de la región; él fundó en 1687 una de las primeras misiones jesuitas de Sonora en este pueblo, nombrándola Santa María Magdalena de Buquivaba, título que llevó hasta 1966 cuando en homenaje a este célebre sacerdote se le cambia el nombre por Magdalena de Kino.
En el Centro Histórico de Magdalena, encontrarás la cripta de este misionero italiano, así como la Iglesia de Santa María de Magdalena, misma que realizó en dos etapas; la primera en 1830 a cargo del padre Pinel y la segunda -que es como actualmente se mantiene- fue obra del evangelizador Pérez de Llera, que incluyó unos preciosos vitrales del siglo XIX. Otra edificación sacra es la Capilla de San Francisco Javier, construida por el padre Agustín de Campos en 1711, donde en la primera fiesta patronal, después de la misa celebrada por el Padre Kino, este reconocido clérigo falleció.
Las artesanías en tejidos, zapatos y sombreros son otras de las cualidades de la localidad, además de sus deliciosos cortes de carne, así como sus famosas “chimichangas”.
Otros de sus atractivos es el Colegio Coronel Fenochio, lugar donde se firmara la primera Constitución de Sonora en 1917; la Casa del Ministro de Guerra de estilo gótico y según se cuenta, aparece como su primer propietario, el General Carlos Plank; la Tienda del Descuento, que fuera el primer supermercado de Magdalena o la Casa Miguel Latz, donde se rumora que existen pasadizos subterráneos hacia la Iglesia. También, aquí nació y reposan los restos del gran político mexicano asesinado en 1994, el licenciado Luis Donaldo Colosio.
Finalmente, al aparecer la luna, tal vez encuentres algunos sitios nocturnos donde las sonorenses acudan a entretenerse, personalidad bravía en cuerpos que hechizan a cualquier varón, divinos rostros que son el orgullo norteño, briosas, sin titubeos, directas en su trato, mujeres que en las entretelas muestran su dominante seducción, es el reto, si deseas obtener su aprobación nocturnal.
Con estos suspiros nórdicos mexicanos, te dejamos los acostumbrados enlaces homoespacieros para que vivas esta experiencia sonorense... entre minas y misiones:
Sonora. http://youtu.be/f-WV_HdBt90
Álamos. http://youtu.be/9ZcTsZ-lQPY
Magdalena de Kino. http://youtu.be/bzzUqPU0lUs
Amigos, los invitamos a que visiten www.homoespacios.com así como a escuchar las cápsulas homoespacieras dentro del programa “La otra frecuencia” en Radiorama 1530 AM, todos los miércoles de 20:00 a 21:00 horas y los lunes por la misma frecuencia Homo Espacios en vivo dentro del programa “Yo Campesino”. Pueden contactarme a través de:
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