Cuando deambulas por la ciudad es muy fácil hacerte de imágenes que pueden llegar a ser inolvidables, imágenes visuales y auditivas que pueden robarte una sonrisa o ponerte en un estado de irritabilidad incontenible.
Bien, pues resulta que en ese andar por la vida me he topado con una palabra muy peculiar y con la que todos en algún momento hemos tenido contacto voluntario o involuntario, hablo de lo que conocemos como “Piropo” (la Real Academia de la lengua Española nos dice que proviene del lat. Pyrōpus y que en su tercera acepción significa “Lisonja” definida como: Alabanza afectada, para ganar la voluntad de alguien) ahora que quedó entendido su significado conforme a las respectivas convenciones de la lengua, continúo.
No es de extrañarse que en nuestra cultura somos dados a expresar pensamientos y gustos de la manera en la que se nos ocurre, y la genialidad del doble sentido que nos caracteriza (en general) en el momento indicado y en conjunto son una bomba digna de reconocerse.
“Tanta carne y yo chimuelo” (vox populi) es uno de los piropos, que en lo personal, me ha tocado escuchar, ya saben la prima de un amigo, me cuenta todas sus experiencias en estos temas, tal vez nos causa gracia por un momento, tal vez nos divertimos con la riqueza de nuestra cultura pero se han puesto a pensar ¿qué siente la persona a la que se le dice el piropo?
¿A quién no le gusta que le “echen los perros” ? Siempre es bien recibido un elogio que no exceda el respeto “que adelantada está la ciencia que hasta los bombones caminan” hasta te hace sonreír, pero que tal que te digan: “quisiera ser un pirata…” por respeto a la audiencia no terminaré este piropo “guarro”
En definitiva, la riqueza cultural que tenemos incluye la fantástica facilidad de palabrería, y no gozar de ella sería un crimen, tener la apertura para entenderlo de la mejor manera es difícil en determinados momentos ya qué, muchas mujeres se ofenden y con justa razón, la misma prima de mi amigo me contó que se quejó porque le dijeron un piropo XXX y al hacerlo la criticaron y la culparon por su forma de vestir.
Eso es lo malo, que de algo divertido, ingenioso y curioso se pueden desatar muchas polémicas, de género, de crítica y hasta de la libertad de expresión. Porque como es bien sabido aquí nuestro doble sentido tiene una semántica muy compleja.
Y bueno del piropo nadie está exento, los hombres también gozan de la perspicacia de las mujeres que se pueden ponerse muy creativas, qué tal este: ¿ Hijo de Apache? !APACHITO! con la igualdad de derecho también hemos ganado un lugar privilegiado en la libre expresión así que ya competimos en el campo de los piropos sin ser mal vistas (en algunos casos).
Debemos ser plurales, en pensamiento y en derecho de expresión, respetarnos y seguir disfrutando de nuestra siempre sorprendente cultura. Les dejo de tarea que piensen en los mejores piropos que han dicho o han escuchado y seguro se divertirán un poco.
