Es mayo, entró en su recta final la Batalla por Puebla.

A un mes de que concluyan las campañas políticas, la mención directa con rasgos de agresión personal empezó entre los candidatos punteros.

Abrió fuego ayer, uno de mayo, la priista Blanca Alcalá, quien no fue lejos por la respuesta.

El grito de guerra de los priistas lo lanzó el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Manlio Fabio Beltrones, quien utilizó su discurso en la Plaza del Charro, el pasado 23 de abril, para denostar y difamar al candidato de la coalición Sigamos Avanzando, Tony Gali, y al gobernador Rafael Moreno Valle.

Este domingo, Alcalá convocó a una conferencia de prensa que sólo fue para la lectura de un mensaje, porque no permitió preguntas, y ahí lanzó sus dardos en contra de su contrincante, en un ejercicio de quien va abajo en las preferencias electorales y busca revertir la tendencia a 34 días de que se celebre el proceso.

“Desde el inicio de este gobierno he sido sometida a múltiples ataques en contra de mi persona, de mi familia y mi desempeño público. Todos ellos, buscando cuestionar la transparencia de mi actuar. En su momento tergiversaron la información sobre las cuentas públicas de mi administración municipal. No se detuvieron para falsificar firmas y manipular documentos oficiales con el simple propósito de desinformar a los poblanos y dañar mi imagen pública”, dijo para endurecer la Batalla en la que no es la única que pierde.

Es relativo que “desde el inicio de este gobierno” (seguramente el estatal) haya sido sometida a “múltiples ataques”.

Primero porque ella simpatizó con el triunfo de Rafael Moreno Valle hace seis años e incluso estuvo invitada a ser parte de su gabinete, ella declinó. Segundo, un Congreso opositor al PRI aprobó sus dos últimas cuentas públicas como presidenta municipal. Tercero, fue candidata ganadora al Senado de la República en 2012 y no fue precisamente ella quien venció a Manuel Bartlett.

Pero es la guerra y en ese contexto deben verse sus declaraciones de ayer domingo porque hubo acusaciones delicadas que en su momento deberá probar, quizá incluso ante la Fiscalía General. Acusó de un delito grave “no se detuvieron (¿quién o quiénes?) para falsificar firmas y manipular documentos oficiales con el simple propósito de desinformar a los poblanos”.

Si es así merece de ella una denuncia penal y acusaciones precisas con documentos y de personas responsables, a riesgo de quedar como una mentira, lo cual no es sólo pecado mortal y puede tener respuesta legal.

Unas horas después en su calidad de vocero y coordinador de la campaña de Gali, el senador poblano Javier Lozano Alarcón declaró “vamos a presentar denuncias penales (contra Blanca Alcalá) por enriquecimiento ilícito, cohecho y lavado de dinero federal y violaciones a la ley de servidores públicos”.

Recordó que la Procuraduría General de la República (PGR) ya investigó una denuncia presentada hace tres años contra el entonces candidato a la presidencia municipal de Puebla, Antonio Gali Fayad. Tiempo después, el 21 de diciembre de 2014 -ya gobernaba el priista Enrique Peña Nieto- recibió de la dependencia federal la notificación de que no habría ninguna acción penal por la denuncia, no se probaron los hechos. Tony Gali, adelantó su vocero, entregará su declaración 3 de 3 antes de que se lleve a cabo el debate y reforzará las declaraciones patrimoniales que ha presentado ante el SAT y la Contraloría. Al haber sido funcionario federal, estatal y municipal, lo hizo anualmente en un periodo que no es corto.

Blanca Alcalá lanzó su artillería con argumentos de género.

“Durante la campaña he sido atacada con temas misóginos y discriminatorios, me han descalificado por el lugar en el que nací, les digo, que antes que nada, soy mexicana y aunque mi decisión no fue nacer en Tlaxcala, soy poblana por convicción y decisión, una poblana que me eduque (sic) desde el preescolar en esta ciudad, aquí crecí, me preparé, me case, formé mi familia y he servido toda mi vida profesional; aquí conmigo traigo parte de esta historia de vida que confirman mis estudios en escuelas públicas y que mis méritos académicos me permitieron estudiar becada una licenciatura en la Udlap. Lo he dicho y lo reitero, Puebla me ha dado todo lo que soy, y a este estado me debo”.

Agregó que presentó su declaración por voluntad propia 3 de 3 y dijo “es mentira que tengo un edificio de 11 millones de pesos, es mentira que poseo 45 casas. En ningún momento he utilizado alguna posición pública para beneficiarme de ella. Y siempre respeté la ley en todos los procesos que ella establecía y nunca beneficié a alguien en particular” no sin vacunarse ante la posibilidad de señalamientos en contra de sus familiares y la compra de una propiedad que, comentó, no está aún consolidada.

Dos fueron los obuses contra Gali, retarlo a que en las siguientes 24 horas presente su declaración 3 de 3, lo que anunció Lozano que hará, antes del debate; y mencionó una serie de propiedades de su opositor y su familia, de las cuales deberá tener documentos oficiales para probar su dicho o puede ser una mentira sustentada en rumores y versiones periodísticas no comprobadas.

Si los candidatos abren las puertas de sus casas a los electores será una decisión personal. La petición de Alcalá es una propuesta más escandalosa que efectiva que ya presentó su compañero candidato a gobernador en Veracruz y no funcionó. ¿Ella abre hoy las puertas de su casa?

Y lanzó un reto a todos los candidatos y a sus familias para realizarse exámenes antidoping, a lo que no están obligados por ley, pero conlleva una acusación velada que es sumamente delicada y que podrían no pasar, para empezar, algunos priistas que ayer la acompañaron.

Es la guerra, arrancó mayo y entramos a los terrenos pantanosos de la Batalla por Puebla, que Gali ha propuesto debe ser una fiesta.

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Imagen de: Archivo Google