A través de un programa de prevención de obesidad y diabetes, expertas del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM estudian nuevas aristas de esta enfermedad multifactorial, que tiene efectos en cadena en la química del organismo, incluso causa daños de generación en generación.
La directora del instituto, Patricia Ostrosky explicó que 70 por ciento de las mujeres mayores de 20 años en el mundo padecen sobrepeso y obesidad.
Además, existen evidencias de que parte de los casos son transgeneracionales, es decir, los problemas de peso en los hijos son producto de madres que en el embarazo tuvieron dieta desequilibrada, rica en grasas.
En un comunicado, refirió que impactos en la temperatura, en el ADN y en las bacterias que viven en el intestino son algunas consecuencias de vivir con más peso del adecuado.
En el Instituto de Investigaciones Biomédicas se desarrolla un programa de estudio en el que colaboran varios científicos que, de forma integral, buscan entender los mecanismos fundamentales que trastoca la obesidad, así como vías para prevenirla y evitar la diabetes.
En un experimento con conejos europeos, los científicos universitarios alimentaron a madres gestantes con una dieta alta en carbohidratos y grasas, y baja en proteínas.
“Aunque las crías tuvieron una dieta control, ganaron más peso a lo largo del tiempo, resultado de una madre con sobrepeso. Esto es un factor importante, pues no sólo afecta comer mucho y no hacer ejercicio, sino cómo se alimentó la madre gestante”, puntualizó.
Tras dos años de trabajo en laboratorio, los expertos descubrieron que estar expuestos a una dieta obesogénica in utero también produce alteraciones en la temperatura corporal.
Al respecto, Ivette Caldelas, colaboradora del proyecto, señaló que si la madre se sobrenutre, los hijos tienen la temperatura más alta, “con obesidad hay una alteración en los ritmos circadianos y la temperatura se mantiene más elevada; asimismo, ocurren problemas de sueño y vigilia, regulados por ese sistema”.
Otra novedad en los estudios de Biomédicas es que el efecto transgeneracional de una sobrenutrición materna parece inducir daño en el ADN, así que el instructivo de nuestra vida se puede ver alterado.
“Adicionalmente, hemos observado que el metabolismo del tejido adiposo se altera en etapas tempranas”, destacó Andrea Díaz, otra de las colaboradoras del instituto.
Además de los efectos transgeneracionales, en los últimos años se ha descubierto que existen otros factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades metabólicas, como la exposición a ciertos contaminantes ambientales como el arsénico, que aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
En el proyecto también participan, por el Instituto de Biomédicas Ana María Salazar, Gabriel Gutiérrez, Angélica Zepeda y Clorinda Arias, así como científicos de los institutos Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” y Nacional de Medicina Genómica.
Información:Notimex