Afortunadamente para muchos ya está por terminar el proceso electoral federal, al parecer los mexicanos salimos bien librados del 7 de junio y digo al parecer ya que no hubo acontecimientos violentos que paralizaran al país y que pudieran obstaculizar a su vez la jornada cívica-electoral, aunque a mí particular punto de vista y el da la gran mayoría, no salimos tan bien librados, porque en muchos distritos y algunas entidades el PRI-Verde se llevó algunos triunfos, sin embargo pudo haber sido peor, tan es así que el Gobierno sintió la presión y días previos a la elección fuimos testigos de cómo el ejecutivo anticipando cualquier complicación social, decidió hacer una pausa a sus políticas al menos las que se refieren al tema más escabroso: el educativo. Si bien el Gobierno no cedió ante las presiones si logró hacer una tregua con los de la CNTE, situación que permitió el desarrollo de las votaciones en todo el país, solo habría que analizar querido lector que tan grave fue el panorama que vislumbró el Gobierno que decidieron suspender por un breve momento la evaluación magisterial, para que ahora sí, a partir de hoy usar toda la represión que sea necesaria para extinguir los ánimos, si es que siguen así las movilizaciones claro está.
Por lo pronto esta elección alcanzó un porcentaje de abstención del 53%, situación casi similar a los años 2003 y 2009, fechas en que el abstencionismo fue superior al 85%, por lo tanto mucha gente decidió no participar dejando que las estructuras partidarias sean las que definieran el destino del país y no la mayoría social como debiera ser en una sana democracia. Si bien es cierto que todos los procesos electorales intermedios no despiertan mucha simpatía entre el electorado el creciente abstencionismo debiera ser una preocupación de la clase política pero aún no lo quieren ver.
Y para los que creían que le hacían un bien al país promoviendo el voto nulo cometieron un error, esos votos nulos solo permitirán que los porcentajes alcanzados por los partidos políticos se incrementen, es por tanto que el PRI quien logro alcanzar cerca de un 31% de los sufragios lograra subir su porcentaje de votación, con ello se incrementará su presencia y por tanto el número de representantes en la cámara baja del H. Congreso de la Unión, no solo el PRI es beneficiado, sino también el PT, quien con el apoyo de los “anulistas” lograra su tan anhelado 3% cruzando con ello el umbral establecido en la ley. Ahora los llamados “analistas” tendrán que evaluar si esa era la forma en que querían castigar a la partidocracia.
Pero no solo el partido en el poder ganó en este proceso electoral federal, también ganó MORENA, los Lopezobradoristas sacaron buenas cuentas al menos en la Ciudad de México al ganar 16 asambleístas de 40, y solo hablamos de los electos por el principio de mayoría, falta por ver cuantos plurinominales le son asignados, aunado a ello el triunfo en 6 delegaciones de 16, por lo que resta de la votación nacional, esta no fue de mucha ayuda para este partido político, es por ese motivo que algunos de sus dirigentes en los estados estarán próximamente en la silla de los acusados.
Y si antes pensábamos que en el Gobierno Federal eran los únicos que no entienden, estamos ante un error, me refiero a los perredistas y su Presidente, Carlos Navarrete quien en una entrevista señaló que “los resultados tan desfavorables a su partido se deben a algo que no están haciendo bien”, expresión que me me recuerda a un dicho “que no hay peor ciego que el que no quiera ver”.
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