La Noche Buena y la Navidad unen a las familias en el mundo. Sólo en el musulmán no celebran igual que occidente. De hecho, El Sultán de Brunei, Muda Hassanal Bolkiah, que es el hombre más rico del mundo, decidió en 2016 castigar a todo aquel musulmán que celebrara la Navidad.
La medida, que se decretó de manera oficial, busca preservar la religión musulmana. Misma que profesa el 65 por ciento de la población de Brunei. País que se ubica al sudeste asiático y al norte de la isla de Borneo.
En el comunicado del Ministerio de Asuntos Religiosos se lee: “Durante las celebraciones de Navidad, los musulmanes que sigan esas acciones religiosas -tales como utilizar símbolos como la cruz, velas encendidas, árboles de Navidad, cantar canciones religiosas, enviar tarjetas navideñas, usar símbolos religiosos, decorar o hacer algo que signifique respetar su religión- están en contra de la fe islámica”. Quienes violen esta ley serán acreedores a cinco años de prisión. (SIC).
Esto no es la primera vez que algo así ocurre en el mundo. Ha pasado ya en Occidente.
En Europa. En la Alemania Nazi. La palabra “Yuletide” sustituyó a “Navidad”. Como también pasa hoy en EUA Por ende en México y otros países se sustituye Navidad por “Fiestas”.
En 1938, en la Alemania Nazi los “Nacimientos” y los “Villancicos” fueron sustituidos de las escuelas públicas. En EUA, actualmente no se pueden poner escenas del “Nacimiento” en edificios públicos. Dicen los socialistas “liberalios” que porque “ofenden” la fe de otras muestras religiosas. Y como se impone lo “políticamente correcto”, entonces se sacan las figuras y la palabra “Navidad” de la vida diaria y se cambia por, “Fiestas”. ¿Cuáles fiestas? Las que sean. No importa cuál, con tal que no se diga “Navidad”.
En un día 19 de diciembre, pero de 1924, Adolfo Hitler sale de la cárcel después de estar condenado a 5 años de prisión. Estuvo sólo 9 meses. Obtuvo su libertad por medio de una amnistía.
En alemán el “Heil Hitler” que decían los alemanes de entonces, era sinónimo a una profesión de fe. Donde se declaraba a Adolfo Hitler, El Salvador. Tal y como el cristianismo declara al nacido en el portal de Belén, a Jesús, el Salvador. De hecho, es el significado de su nombre tanto hebreo ; “Yeshua”, como en su forma castellana. Éste es el mensaje supremo de la Navidad.
Al igual que en la Alemania Nazi de los años treinta del siglo XX, existe hoy, como entonces, una inercia por ya no nombrar a Cristo durante la navidad. A tratar de borrar su influencia en la cultura progresista y posmoderna. Es tan fuerte que provoca grandes cambios en la cultura general. Provoca que se diga: “Felices Fiestas”, para no decir “Feliz Navidad”. Lo peor de todo es que quienes ejercen tal presión son sólo una minoría de personas la que logra que no se mencione la persona y el nombre de Jesús-Cristo en la Navidad. Pues son millones los que celebran al Hijo de María y sobre todo, que aún cree en ÉL como El Salvador. Que viven bajo sus principios cristianos. Pues creen que Jesús es el Hijo de DIOS.
Pero vuelvo al punto de inicio
El motivo de las celebraciones de la época decembrina lo sabemos bien, es el Nacimiento de JESÚS. El que sucedió en Belén. No obstante la sociedad, las personas, la gente, la cultura, poco a poco empieza a olvidarlo. Lo hacen, insisto, porque así lo quiere una minoría de personas. Parecería que “gritan” más fuerte que la mayoría que sí creemos en el hecho del nacimiento.
Esta minoría requiere que se olvide que el motivo de las celebraciones navideñas es un hombre. (Imaginen a las feministas, seguro esto les provoca arcadas, asco). Pero es un hecho que JESÚS es la razón para la celebración.
Quienes reconocemos el suceso, quienes creemos que es el Hijo de DIOS nacido de María, no debemos permitir que se olvide. Por ello y de manera cordial, hemos de recordarlo expresando la frase sencilla: ¡Feliz Navidad!
La inercia porque sí se olvide el suceso es cada día mayor. Y los cristianos; católicos, evangélicos, presbiterianos, metodistas, bautistas, etc., seríamos culpables de ello. Hemos aceptado ser y estar “políticamente correctos” y algunos caminan con la “corriente”, para que no se ofenda la gente con nuestra creencia. Hemos cometido errores grandes al compartir la Fe. Lo sé. Hemos sido insensibles. También lo sé. Esto debe cambiar de parte nuestra. Mas, ¿hasta dónde ha llegado la inercia que menciono? Hasta el “prohibir”, en algunos lugares públicos que se diga “Feliz Navidad” y se cambie por ¡Felices Fiestas! Como las que se tienen algunos cada viernes. O los fines de semana, o en las Fiestas Patrias, o la Fiesta de los Toros. No obstante, la navidad no es sólo una fiesta más.
No es como salir los viernes “de antro” o al bar preferido. Tampoco como nuestra fiesta de cumpleaños. O la fiesta de la Independencia de nuestro país. No es como el Día del Compadre o el Día de la Madre. La Navidad está por sobre todas ellas.
La Navidad representa para el mundo cristiano la salvación y el resurgimiento de la esperanza que trajo Jesucristo con su nacimiento. La remembranza de Su mensaje de Amor, Paz y Redención. Que son la base de la doctrina cristiana. La Navidad es la fecha para celebrar todo eso. ¡Y, sí! Es la razón para la celebración.
Es por lo que millones de personas en el mundo, viajarán para estar con sus familiares durante la celebración navideña. No es sólo una fiesta y un pretexto para disfrutar de ella y de un banquete sin igual sin que la presencia de JESÚS, por medio de Su mensaje, Su razón y Su Persona. Aspectos que inundan nuestro corazón con Su amor, Comprensión y Perdón. Sobre todo, si profesamos y decimos ser cristianos. Y si no, también. Finalmente la navidad es para todos.
La navidad también presenta al mundo el “milagro” más grande de la doctrina cristiana. “La Encarnación”. Milagro del que se desprenden todos los demás milagros del cristianismo y que se describen en los Evangelios. Los que suceden durante la vida en la tierra de JESÚS. Vida que no es sólo un mito, como algunos dicen, sino un Hecho Histórico comprobado y que se encuentra registrado; “En tiempos de Poncio Pilato”.
¿Será un mito para algunas personas? Claro que sí, pero es un mito que se convierte en realidad. No es como “Balder”, segundo hijo de Odín, en la mitología germana. Tampoco como Osiris, dios egipcio. Esa es la gran diferencia. ¿Por qué?
El nacimiento de Jesús está registrado en la historia del ser humano. No en la mitología humana. Es “El Hecho Histórico Más Grande de la Humanidad.
Por lo mismo, les deseo a ustedes, apreciables lectores y lectoras, no sólo felices fiestas, sino Feliz Navidad. Que hoy es, El Meollo del Asunto.
El Meollo del Asunto.
Por: Daniel Valles.
Tuiter: @elmeoyodlasunto
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Red: www.danielvallesperiodista.com