Sólo pudo estudiar hasta cuarto año de primaria, es una mujer incansable y de carácter muy firme. Aunque con limitaciones, siempre procuró la alimentación de sus hijos y los motivó para seguir estudiando. Sin ser una gran oradora, soy el destinatario del mejor discurso de su vida: "vete, prepárate y ayudanos. Fíjate como estamos de pobres". Ella es Águeda Merino Córdoba, una mujer campesina de Xantoxtla, municipio de Tecomatlán, Puebla, y es un ejemplo viviente de trabajo, esfuerzo y visión para impulsar el desarrollo de sus hijos como seguramente hay muchos ejemplos anónimos.
Ella demostró que la falta de recursos nunca ha detenido a las personas, y mucho menos si son mujeres. Esta semana que terminó, conmemoramos el Día Mundial de la Mujer Rural, el Día Mundial de la Alimentación y el Día Mundial Contra la Erradicación de la Pobreza. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), acordó dedicar un día a la reflexión de estas temáticas. La pobreza y la alimentación, son todavía los problemas más importantes de Puebla y, por supuesto, de México.
La mujer rural de nuestro país, se enfrenta a muchas limitaciones tales como la reducida escolaridad, la falta de orientación y, marcadamente, la falta de una educación para la vida. Asimismo, carece de una educación alimentaria, financiera y ambiental que proporcione conocimientos básicos y mejores herramientas técnicas para salir adelante. Es ella quien se preocupa por la alimentación y educación de los hijos, por la salud de la familia y también, junto con los hijos, por el abasto de agua, de leña y el apoyo a las actividades del campo, siembra, cultivo y cosecha.
No hay una sóla madre que no busque lo mejor para sus hijos, pero la mayoría con frecuencia no saben cómo. Además de encontrar tanto esfuerzo y dedicación para superarse, hay en todas las mujeres un gran espíritu emprendedor que le permite promover la creación de empresas para generar riqueza, la única via valedera y real contra la pobreza de millones de personas. En mis 24 años de caminar por los 217 municipios del Estado de Puebla, con responsabilidades públicas y sin éstas, me he encontrado con muchos casos de éxito, con grandes ejemplos de esfuerzo por mejorar las condiciones productivas prevalecientes.
Recuerdo gratamente a un grupo de mujeres organizadas en Tlaucingo, municipio de Teotlalco, quienes fueron las primeras en criar pescado bagre del Balsas en estanques, y en ese mismo lugar, a quienes iniciaron el aprovechamiento de la tierra ocre como material de construcción para el acabado de las obras. Existen grupos de mujeres emprendedoras apoyadas por la Alianza para el Campo que, al visitarlas, uno puede percibir el entuasismo con el que realizan sus proyectos. Muchas veces escuché decir "desde que tenemos este proyecto ya no permitimos que nos peguen nuestros maridos....
Hemos comprobado que nosotras también podemos aportar a la economía familiar". Hay mini, micro, pequeñas, medianas y grandes empresas en el medio rural y urbano de Puebla, promovidas y dirigidas por mujeres. Productos de Cacao, Amaranto, Chia, artesanías y una gran riqueza gastronómica, forman parte de las actividades económicas de nuestras mujeres.
Algunos claros ejemplos de mujeres emprendedoras son: la Industria de plantas medicinales en Atlixco, dirigida por Sara Rosas; el deshidratado de frutas en Puebla, por Ángeles Santa Cruz; la producción de caprinos en Tepexi de Rodríguez, por Carmen Alvarado, la Ganadería bovina en Ayotoxco por Maty Flores y productos del Bambú en Hueytamalco, por Ana María Peña.
De igual forma, podemos encontrar a las Industrias Hortícolas de Cuyuaco, dirigidas por Lourdes Roqueñil, Productos de Leche de Cabra en Zacatlán, por Arely Fentanes, la producción de rosas en Chiautzingo, por Rocío Gonezalez, la Empacadora de Hortalizas Palmar de Bravo por Elizabeth González, la producción de flor Anturio en Xicotepec de Juárez por Guadalupe Esquitín, la producción de Miel Yehualtepec de María Luisa Breistain, y la producción de Truchas Ejecayan en Zacapoaxtla por Hermelinda Santos Muchos de estos ejemplos de empresas de mujeres emprendedoras, fueron impulsados con el apoyo del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a través del apoyo de los diversos programas de su gobierno. Asimismo, en más de 120 colonias de la capital poblana, y 60 de Tehuacán, mujeres emprendedoras desarrollan huertos y granjas familiares para producir alimentos.
En el Programa de la Mujer Emprendedora (PROMETE), más de 500 proyectos se desarrollan en el estado para obtener ingresos y mejorar la economía familiar. Es así como mujeres y Gobierno Federal, trabajamos conjuntamente para combatir la pobreza y el ambre en nuestro país.
