A pesar de que la esperanza de vida de la mujer se incrementó con el tiempo transformándose en una ganancia para el desarrollo de la sociedad, la forma de envejecer entre hombres y mujeres es desigual, aseguró la especialista Verónica Montes de Oca Zavala.
La doctora en Ciencias Sociales y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) indicó que los hombres son educados desde niños a mantenerse activos, por lo que muchos aun en la vejez no se retira, y cuando lo hacen, enferman o mueren.
En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Montes de Oca Zavala indicó que en cambio con las mujeres sucede una situación completamente distinta.
“Las mujeres se adaptan muy bien a los entornos familiares porque igualmente fueron socializadas para ser amas de casa, cuidadoras, esposas, madres, hijas. Ellas siempre tienen algo por hacer en casa.
“Obviamente tienen una función interna socialmente y eso les permite poderse retirar del ámbito laboral con mucha mayor tranquilidad y salud, y mantenerse así incluso en edades muy avanzadas”, resaltó.
La también socióloga expuso que debido a que el género femenino es más interactivo, está más acostumbrado a la socialización, además, la forma en la que las mujeres hacen redes sociales las nutre, incluso, es diferente a la de los hombres.
Además, la manera en que es educada la mujer hace que busque mejores estrategias de sobrevivencia y sea más astuta, puntualizó Montes de Oca Zavala.
“Se traduce, incluso, en la forma de cómo nos cuidamos a nosotras mismas, porque sabemos que tenemos que cuidar a otros; no nos podemos enfermar, no nos podemos morir, entonces tenemos que cuidarnos”, enfatizó.
La investigadora aseguró que los hombres no se cuidan, pues cuando los varones requieren ir al médico no lo hacen o lo dejan para el final por su necesidad intrínseca de mostrar fortaleza.
“Tiene que ver con el condicionamiento del ser masculino, de ser hombre, porque el hombre demuestra su hombría, su valentía, su masculinidad cuando está en riesgo”, relató.
En el tema biológico, la mujer tiene más desarrollada una hormona contra el riesgo, contra el peligro, porque tiene que cuidar a sus familiares, lo que hace que el género femenino adquiera una consideración diferente de su proceder, incluso socialmente.
A su vez, la doctora hizo referencia a los embarazos como un factor que propicia en la mujer un envejecimiento precario.
“No es tanto el número de nacimientos, sino las formas en la calidad de los partos y del embarazo. Un mal embarazo o una mujer que no ha sido bien alimentada y que no tiene la atención médica necesaria puede tener riesgos que repercutirán en su vejez”, advirtió.
Sin embargo, aunque cada vez existen mayores oportunidades para las mujeres, el hecho de que en el pasado no se les permitiera estudiar y trabajar, o que ellas mismas tomaran la decisión de ser solo amas de casa, generó que en la actualidad un gran número de población femenina carezca de una pensión.
“La escolaridad, el nivel de ingresos, el haber contado con una transferencia pública y el tener derecho a la salud, son factores clave para alcanzar una vejez digna”, sostuvo.
También otras situaciones más graves son aquellas que padecen algunas mujeres mayores que en su juventud sufrieron violencia física y sexual, pues envejecen y tienen que enfrentar, además del deterioro natural de la vejez, las secuelas del maltrato físico y psicológico al que fueron sometidas años atrás.
Información: Notimex