Mucho se habla de que finalmente el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática lograron ponerse de acuerdo con miras a enfrentar a una aplanadora encabezada por el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
Mucho se habla de unidad y priorizar al país ante el evidente desastre que ha provocado el gobierno que prometió transformar- para bien – a nuestro país, sin embargo, surgen muchas dudas sobre el actuar de las dirigencias de estos partidos ante lo que se conoce como chapulineo político (cuando los políticos cambian de camiseta).
Y es que tan sólo hay que reflexionar sobre las recientes declaraciones del Presidente del Partido Acción Nacional Marko Cortés Mendoza quien abiertamente el 5 de enero de este 2021 invitó a exiliados morenistas a sumarse al proyecto político opositor al régimen de López Obrador.
"(En Morena) es pura demagogia, es pura simulación. Las encuestas no las realizan, está claro que no están escuchando a la gente, están seleccionando con el dedo del presidente (Andrés Manuel López Obrador) quién quiere que sea el candidato. No es un partido político, ni aspira a ser democrático, simplemente es una borregada detrás de su líder", e invitó a los aspirantes "rechazados" por Morena a contender el 6 de junio abanderados por el PAN o por la coalición Va por México, que es conformada por el blanquiazul, el PRI y el PRD.
Como un claro ejemplo de esta extraña maniobra, el pasado 12 de enero el partido más fortalecido de la oposición (PAN) anunció a José Luis Uriostegui como uno de sus aspirantes a obtener la candidatura por el municipio de Cuernavaca.
Uriostegui ha sido uno de los promotores más fuertes del obradorismo en la capital de Morelos, videos y evidencias hay de sobra.
Otro ejemplo es el caso de Cristóbal Arias, un morenista por conveniencia quien al no ser visto como el candidato de los intereses de las dirigencias, le abrieron la puerta en Acción Nacional como su abanderado a la gubernatura de Michoacán.
Hay más casos en otros estados, sin embargo, lo que llama la atención es que se conjugan dos eventos, uno de ellos es que extrañamente los morenistas acepten y busquen jugar por otras plataformas políticas para hacerse de la candidatura y así poder ganar vía la alianza opositora “Va por México”.
La otra es que le abran la puerta como lo hizo el líder del blanquiazul.
¿Qué pasaría si por ejemplo, dichos candidatos una vez obteniendo la candidatura y ganando la posición vía la alianza opositora ya sea a nivel presidencias municipales y diputaciones federales y locales, regresen a las filas de los partidos de la cuarta transformación?
Las estrategias son muy claras.
Los comités ejecutivos nacionales de morena, PAN, PRI, PRD van por hacerse del mayor número de curules vía elección popular, en el caso de Morena por instrucciones de Andrés Manuel López Obrador, en el caso de la alianza para hacer un contrapeso.
Los gobernadores van por sus congresos locales a través del control con el mayor número de diputados.
Los presidentes municipales a su vez impondrán su planilla de regidores e impulsarán a los legisladores locales.
Llamaría la atención que una vez ocupando una curul local o federal, una regiduría, o algún espacio ganado en elección popular por las siglas de algún partido de la alianza Va por México, mágicamente regrese a las filas del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, Partido del Trabajo, Partido Verde o algún otro satélite de la 4t.
Aguas partidos políticos de oposición con los personajes de la 4T que reciben, no vaya a ser la de malas que estén pactando algo.
Al tiempo.