El Meollo del Asunto.
Por: Daniel Valles.
No ganó, pero ha ganado. Me refiero a Yalitza Aparicio. La joven educadora mexicana que de la noche a la mañana se ha convertido en la sensación del Séptimo Arte.
Joven mujer oaxaqueña, Yalitza salta a la fama al exhibirse la película Roma, de Alfonso Cuarón. Misma que anoche ha ganado tres premios Óscar, incluidos el de director y mejor película de habla no inglesa.
Yalitza no ganó el Óscar a la mejor actriz. Premio al que estuvo nominada.
Igual la estuvieron antes las actrices mexicanas Katy Jurado, que fue la primera, en 1955, Salma Hayek, Adriana Barraza y Marina de Tavira. Ninguna lo ganó. Mas, Yalitza ha ganado más que todas ellas juntas.
Yalitza movió a todo México. Hizo consciente al país del grave problema de “clasismo” que prevalece. A esto mismo la gente le llama racismo. Y puede que lo sea. Pero es más fuerte lo primero, el clasismo. Donde la clase social de la que uno provenga es más importante que la raza misma.
El clasismo mexicano, que es una forma absoluta de discriminación, es lo que produce al “peladito”. “La naca”. “El cholo”. “El sardo”. “El pachuco”. “La ranita”. “La fresa”. Los de “la alta”. “El pirruris” y el “Fifí”, entre muchos más que pudieran existir.
Repito, estos adjetivos se tornan sustantivos en el clasismo mexicano. El que es una forma absoluta y rotunda de discriminación con base en la clase social. No en color de la piel. El que también cuenta.
Existen en México: “el prieto”, la güera, el morenito. En mercadotécnia, el modelo Polanco y el Iztapalapa.
En el país también se discrimina con base en la religión y se clasifica a la gente por el tipo de actividad o empleo que tienen.
Así existen: El “aleluya”, las “chachas” o “gatas”. “Jaime”, para un chofer. “Los maquilocos”, en el norte del país. Éstos se transportan en “perrutas” y viajan en “guajolojet”. Y muchos otros más. La lista sería amplia, pero mi espacio no lo es.
Yalitza es una ganadora porque logró fama internacional y todo lo que esto conlleva por su magnífico trabajo en la película de Cuarón.
Quien logra hacer que una puericultora sin experiencia ante las cámaras y en la actuación, consiga una interpretación que le ha valido la nominación al Óscar en su primera experiencia.
Algo que no lograron otras mujeres que con la experiencia y con su capacidad obtuvieron premios importantes. Como; Silvia Pinal, María Félix, Verónica Castro y Lucía Méndez. Entre otras.
Yalitza es una ganadora porque ha provocado que el gobierno mexicano retome el tema de los derechos de las trabajadoras domésticas. Uno de los empleos que menos cambios favorables ha tenido en toda su existencia.
Un gremio para el que no han existido abogadas que las defiendan, justicia social. Servicios Médicos. Séptimo día y jornadas de trabajo pactadas.
No obstante, muchas de ellas gozan de esto y mucho más debido a la cercanía que llegan a tener con la familia para la que han trabajado. Esto sigue siendo una realidad. Pasan a ser parte de la familia. Como “Cleo”. Nombre de la empleada doméstica a la que interpreta en la cinta.
Yalitza es una ganadora porque provocó que la gente estuviera atenta a la entrega de los premios. Inclusive, en personas que como quien escribe, que hace muchos, muchos años no veíamos la entrega de los premios por considerar que tal evento dejó de ser lo que fue. Un reconocimiento al trabajo de verdaderos histriones y se convirtió en un escaparate de lo políticamente correcto de la ultraizquierda.
La presencia de Yalitza deja una huella imborrable en la historia de las actrices en México. Todo será visto como el antes y después de Yalitza. Así de importante y así de grande es su aportación.
Será usada su vida como ejemplo de “emprendedurismo”. De dar lo mejor que uno tiene. De aprovechar una oportunidad. De tesón y carácter.
También será nombrada como la persona que provocó, junto con Cuarón, el que México enfrentara su clasismo y la discriminación que prevalece. El trato despótico que se les da a quienes se considera personas inferiores.
Yalitza es algo así como Rosa Parks. Joven estadounidense de raza negra que en la década de los 50 del SXX, se atrevió a subir a un camión público y sentarse en la sección para los “blancos” e inscribirse en una escuela pública para gente de esa raza.
¿Seguirá actuando Yalitza? No lo sé. ¿Tendrá éxito? Tampoco lo sé. Lo que sí sé es que esta joven mexicana, se ha ganado un lugar en la historia que muchas actrices “fifís” desearían y que nunca van a lograr. Dejar una huella así de grande. Como la ha dejado ya, Yalitza. Y ese es, El Meollo del Asunto.