La familia Sánchez Anaya sigue demostrando su ambición de poder desmedida en un escenario nacional que cualquier estratega político en el war room les debe decir que deben ser más cautelosos.
Las alarmas de las reformas nacionales que plantea la Presidenta Claudia Sheinbaum parecen importarle poco a la citada familia, que lejos de permanecer discretos y tejer fino su tablero político – en el que por cierto hacen a un lado a la gobernadora Lorena Cuéllar – hacen todo lo contrario.
En radio pasillo dicen que el junior será el elegido.
En la política nacional tienen en la mira una reforma constitucional para evitar el nepotismo, que aunque si bien es cierto a morena hay que creerles el 1% de lo que dicen que van a combatir, en la propaganda que es otro escenario político, buscan que la opinión pública publique que la 4T está combatiendo el nepotismo.
En este escenario, la dirigente de Morena Marcela González (esposa del edil capitalino de Tlaxcala) abrió una estrategia político - electoral el domingo al afiliar y sumar cuanto impresentable de otros partidos se pueda, ¿el objetivo?, tejer su ejército para que en la encuesta, el beneficiado sea su esposo, hijo del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya.
¿Pero qué sucede si en el CEN morenista desean que sea una mujer la elegida en el 2027?
Marcela ya se prepara para levantar la mano.
Para colmo, a esta jugada política se sumaría la llegada de la pareja del ex gobernador Sánchez Anaya a la delegación federal de la Secretaría de Gobernación en Tlaxcala, me refiero a Carmen Ramírez García quien de acuerdo a medios locales ya estaría afinando su llegada a la dependencia que le reporte a Rosa Icela Rodríguez.
O sea que la esposa del papá, el papá, la esposa y vaya usted a saber quién más de la familia ya se preparan para heredar el cargo.
A todo esto, ¿alguien ya le pidió la opinión a la gobernadora Lorena Cuéllar o alguien ya la tomó en cuenta?
Si hubiera alguien con los pies en la tierra en ese equipo, les deberían de decir que la reforma morenista de Sheinbaum precisamente se busca combatir lo que les acabo de describir.
En fin amable lector, esa es la realidad política que vive el estado de Tlaxcala con una familia insaciable de poder que lejos de tejer alianzas políticas con otros grupos locales, prefieren tejer la alianza familiar que ha resultado ser un jugoso negocio generacional.
Redacción