“Jugar contra un equipo que se defiende es como hacer el amor con un árbol” Jorge Valdano

Un buen día quizá Gustavo Matosas descubrió esta frase y decidió que sus equipos fueran ofensivos para que hacer el amor en el campo fuera una experiencia inolvidable para sus actores. Evidentemente no fue así como Matosas desarrollo el futbol ofensivo que práctica, aunque sería muy interesante.

Si el fútbol es como hacer el amor entonces puedo imaginar el tedio que sienten los jugadores cada vez que se enfrentan a un equipo como el de Ricardo Ferretti, pero por ahí no va la cosa; una maestra muy querida dice que hacer el amor es el acto más maravilloso puesto que nadie te enseña cómo hacerlo, te pueden mostrar posiciones, darte uno que otro artefacto que aumente el placer, unos te lo pueden explicar con un lenguaje elevado, otros te lo explican coloquialmente, sin embargo al final solo son dos personas entregándose y valiéndose de lo poco o mucho que saben. Así nuestro amado deporte –sé que no soy la primera en hacer la comparación- donde el DT transmite su conocimiento, enseña algunas jugadas, uno que otro truco para hacer más placentero el acto.  El detalle es que un jugador lo pudo entender a la perfección y otro no, uno lo ejecuta y le gusta y a otro simplemente no. Es tan bello hacer el amor como hacer futbol.

El Director Técnico falla por desconocimiento del plantel y porque sus refuerzos no supieron hacer el amor, ni encontraron el punto G del balón y lamentablemente para la mayoría el orgasmo no llegó. Para todos las debilidades de Atlas son evidentes, lo de la defensa es preocupante pero creo que con Felipe Baloy ahí puede haber mucha tranquilidad, el tipo encara, aguanta y se limita a hacer su chamba, no sube tanto como lo hacer Walter Kannemmann pero en términos coloquiales “se la rifa”, ahora bien ¿qué ha pasado con los otros refuerzos? Bueno tenemos un doblete de Franco Arizala, uno de Gonzalo Bergessio –en CopaMx- y pues de  Christian Tabo una buena asistencia – en CopaMx-, Rodolfo Salinas pues hace su chamba. El que me tiene sorprendida con sus movimientos es Jorge Zárate, ese sí que no se vaya hasta que lo expriman.

Gustavo Matosas sigue fiel a su idea de atacar y armar los equipos de adelante hacia atrás en lugar de lo lógico y tradicional de atrás hacia adelante, es una forma fresca de hacer el amor, no da descanso al rival y eventualmente el éxtasis aparece pero con el Atlas es diferente. Los rojinegros son un equipo multiorgasmico por lo que la tarea es un poquito ardua y más cansada de lo regular.

Me llama la atención ver a los aficionados aún pese a las decepciones del equipo, entusiasmados con el proyecto, a favor de la continuidad y todas esas charlatanerías, los que siempre apoyan al equipo en las buenas y en las muy malas sabrán que no es por ellos mi comentario, pero ¿Cómo actuaban cuando Tomás Boy fallaba? ¿Cuántas veces no se exigió su renuncia por dos derrotas al hilo? Me dirán que con el “Jefe” era defensivo, pues desde mi punto de vista ser ofensivo sin idea no es muy luminoso que digamos. Se respeta.

Como está de moda hacer peticiones pues yo hago la mía a los jugadores para seducir con toques delicados y magistrales al balón, llevarlo a un lugar íntimo, hacer un par de buenos movimientos, meterla, apretar un par de botones y hacer lo necesario para tocar el cielo con un magnifico e inolvidable orgasmo. Amen los colores, amen el balón y aprendan a hacer el amor.

¡Cuídense! ¡Nos leemos muy pronto!