Ciudad Juárez se habría transformado enormemente. Su historia cambiada para siempre. La primera visita Papal se efectuó y nuestra ciudad ya no es la misma. Sus calles se llenaron de algarabía, ante un derrame de felicidad por parte de millones de fieles católicos que como nunca antes salieron de su casa y se apostaron a todo lo largo de los 50 kilómetros del recorrido del Papa Francisco. El que fue monitoreado por poco más de 180 cámaras.
La ciudad se remozó para ello lo mejor que se pudo. El gasto no ha importado. La visita bien lo vale y lo merece. Nada ni nadie mueve a la gente como la figura del Papa. Y ahora, por ser latinoamericano, más. El Papa Francisco provocó el desplazamiento de millones de personas durante toda su estancia en México. Vinieron de todos los confines del continente. Ciudad Juárez fue “invadida” por más de un millón de personas-hay quienes dicen que fueron dos-que pernoctaron donde pudieron. Las reservaciones en los hoteles se hicieron desde diciembre 2015, desde enero pasado. Fueron días de tumultos y hasta desabasto moderado en productos de primera necesidad.
¿Por qué se da este fenómeno de movilización tan grande de personas alrededor de la figura papal? De seguro se debe a muchas causas. La Fe de la gente es una de ellas. Pero creo que no es la más importante. En mi opinión se debe a que el Papa en turno representa a uno más grande, más reconocido, más amado y más venerado en el mundo que el mismo obispo de Roma. El Papa Francisco es El Vicario de Cristo. En el catolicismo él es el representante principal de Jesús de Nazareth. Quienes muchos creemos ser el Hijo de DIOS. En quien depositamos nuestra vida y nuestra fe. Y como en todo, en las personas hay niveles de fe. Gran fe, mediana fe y poca fe. También hay quienes no tienen fe ni del tamaño de un grano de mostaza. Pero esas personas no estarán en las vallas, ni en la gran misa que se celebró en los terrenos de la feria, en “El Punto”. Sin embargo sí se dieron por enterados de la visita del papa Francisco porque ésta, no es como la venida de alguna figura política o artística, etc. El Papa está presente en la vida de propios y extraños. Para bien o para algo más. El halo con el que el Papa es investido, es más grande que él mismo. Y lo que primeramente emana del Papa, es la sustancia que da vigor a la gente. El amor, la fe y la esperanza.
La Fe en DIOS mueve montañas y la esperanza que el Papa emana mueve millones de personas. Las que esperan de él un milagro, el que su vida necesita. Un poco de ánimo para el alma cansada y atribulada. Eso es todo. ¿Quién es tan digno y perfecto para condenar o criticar a la gente que esto busca del Papa Francisco? Si una visita Papal cambia la vida de alguien, renueva la fe de otra y llena de esperanza a los más, sólo puedo decir; qué bueno que así sea. Esto va más allá de doctrinas, de credos, enseñanzas, teologías y gustos.
La visita del Papa Francisco tiene efectos económicos, políticos y religiosos. Estos últimos son muy difíciles de ser medidos. Son subjetivos. Sus mensajes, que han tratado los problemas más candentes del momento, seguro causarán malestar en algunos sectores. El Papa ha hablado de derechos humanos y todo lo que ello implica. Sobre la Trata de personas. Tortura, etc. Un tema principal ha sido “La Familia” como institución divina y sagrada. Sobre todo, para acotar las tendencias occidentales a favor de matrimonios entre personas del mismo sexo. Algo que la Iglesia no aprueba. A los jóvenes les invita a evitar embarazos antes del matrimonio. Lo que ha hecho antes en otras partes del mundo. El Papa es muy bien recibido por ellos, por los jóvenes posmodernos, los “milenios”. Que tal vez no vean muy bien la religión, pero encuentran confort y esperanza en el mensaje que con base en las enseñanzas de Jesús, el Papa les ha enviado. ¿Será efectivo para sus vidas? ¿Les servirá de algo? Sin duda que sí. Mas lo sabremos en los años por venir.
La visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez será para millones de personas como la luz de un faro que anuncia el lugar dónde está la costa rocosa. Que la señala y permite virar para evitar así un posible naufragio. El peligro latente que amenaza la vida. Quienes sucumben en las rocas porque un barco se estrella, siempre son noticia. Pero no así los millones que no chocaron y han salvado la vida. De esos no hay cuenta ni estadística. Sólo gratitud, paz y alegría silente. La que durará más en la gente que lo ve, que lo ha escuchado, que las obras materiales realizadas en la ciudad por la visita del Papa Francisco. Siendo esto el Meollo del Asunto.
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