Columna: El Meollo del Asunto.
Por: Daniel Valles.
“He aquí, Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del Mundo”. Jesús de Nazareth.
Termina la temporada navideña pero no la celebración. Para quien ha celebrado la navidad, es decir, la natividad del Señor, terminará una temporada navideña más. La que siempre está llena de alegría, regalos, convivencias, buenos deseos, paz; pero no terminará la celebración y la exaltación del hecho mismo del nacimiento remembrado. La afectación de éste hecho continúa en la vida de millones y millones de personas en todo el mundo. Así ha sido por dos mil años. Para muchos otros pasará como una fiesta más. No Para quienes el impacto del nacimiento de Jesús es un hecho trascendental porque ha impactado sus vidas permanentemente. Y eso no termina, continua de la misma forma que cada mañana continuará hasta que ésta sea perfecta.
Para millones de creyentes católicos, evangélicos, ortodoxos, cristianos todos, el nacimiento de Jesús recordado hace unas semanas estará presente el resto del año. Y esto es lo que se dice o se pide la respectiva doctrina. Así y por ello el nacimiento estará presente el resto de su existencia.
Para un gran grupo de personas que celebran la navidad diciendo “Felices Fiestas” como si se tratara de un cumpleaños de alguien más o de celebrar la fiesta de independencia del país, sí terminan hoy con la Rosca de Reyes. Mas las “fiestas” de la navidad son diferentes. ¿Por qué?
Porque para quienes nace Jesús en su corazón, continúan celebrándolo todo el resto del año con la misma alegría. Para quienes la Navidad es más que una fiesta en el mes de diciembre, la celebramos todo el año. El mismo Espíritu que está en el ambiente en diciembre no termina y sigue provocando el sentimiento durante todos los siguientes meses. Porque tenemos a Jesús todos los días. No al niño del pesebre que nació en Belén, sino al hombre. Al que con su mensaje cargado de un poder omnímodo transformó la forma de vivir de naciones enteras.
Al mismo hombre que luego moriría crucificado-de forma-vicaria a manos del gobierno romano acusado de delitos que no cometió. Que fue víctima del fanatismo religioso y de las intrigas políticas de sus congéneres. Porque tenemos presente su mensaje de paz y amor, de libertad y fe sigue. Sobre todo, porque Su Persona “vive” en nosotros después de la temporada navideña.
Por eso para millones de personas la celebración continúa. Para quienes cada domingo acudimos a las diferentes congregaciones cristianas católicas, evangélicas y ortodoxas no termina. Pues vamos con el ánimo de celebrar y alabar, de reconocer y regocijarnos con el mensaje que será proclamado en una homilía a la que de alguna forma el mundo está atento y muchos colegas reporteros informarán de ella en la edición de su periódico o noticiero del lunes siguiente.
Por eso es que para quienes vivimos a diario el mensaje de Cristo de manera personal y no como una "fiesta" más, la misma no termina, mucho menos la celebración. Por eso la navidad en nuestra vida es, El Meollo del Asunto.
Twitter: @elmeoyodlasunto
Correo-e: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Imagen de: archivo