Escribir sobre mujeres ha sido una práctica que pocos hemos hecho de manera mediática, cierto es, que en el ejercicio de quien escribe se da por estereotipar el propio uso de la lengua, iniciaremos en este espacio con el primer acercamiento al pensamiento sobre las mujeres y todo lo que sucede en su entorno.
No dudo que desde esta primera escritura puedan tacharme de feminista, en realidad, en mis adentros soy admiradora de Simone de Beauvoir entre muchas otras que hablaron de las mujeres y sus contextos, y si eso me acredita como feministas entonces sí, lo soy.
Si nos remontamos a datos reales, el movimiento feminista ha transcurrido a la par de la misma historia, muchas mujeres han levantado la voz, y ya desde la época de la segunda revolución industrial se fue acrecentando la fuerza de este movimiento teniendo unos de sus mejores momentos a finales del siglo XIX.
Entonces ¿qué sucede con los resultados de este ya constituido movimiento? ¿Es verdad que somos libres y tenemos ya espacios ganados por el simple hecho de ser mujeres?
En esta época en la que “la liberación femenina” al parecer está teniendo un éxito bárbaro, y que se han abierto “espacios” para el desarrollo pleno de las mujeres en ámbitos laborales, políticos y sociales, es interesante reparar en todas y cada una de las circunstancias en las que cada mujer se desarrolla para entender que esta “liberación femenina” está muy lejos, al menos en nuestro país, de ser efectiva, de cumplir realmente los ideales de aquellas que iniciaron el movimiento.
Lamentablemente el beneficio de esta incansable lucha femenina aun no tiene la ventaja de ser totalmente incluyente, sólo pocas mujeres son la elegidas para poder utilizar espacios que ya están predestinados a los hombres, sucede que muchas mujeres se han resignado a estar siempre por detrás de los hombres creyendo ese famoso dicho “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”
Dicho lo anterior, lo voy contextualizando, un ejemplo claro de que los lugares y reconocimientos para mujeres son contados, y a propósito de los tiempos deportivos, únicamente se hace mella de los triunfos en equipos deportivos masculinos, pocos son los que reconocen los grandes esfuerzos que hacen los equipos femeniles . Y bueno, si hablamos de las mujeres escritoras ¿qué decir? De aquellas grandes escritoras que son relegadas por los grandes círculos intelectuales porque demeritan el valor literario de sus escrituras.
Y así podemos ir mencionando ejemplos de las desventajas (en teoría) de ser mujer y el que nuestra “liberación femenina” no fluya en una sociedad que aún no entiende este concepto.
Así es como “de tanto mirar” me dan ganas de hablar de qué sucede en nuestra sociedad, de opinar sobre nuestra educación y vicios en ciertos temas…
Estaremos hablando de mujeres y otros menesteres.
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