Andrés Manuel López Obrador es el mismo de siempre, Bueno, me corrijo, tiene más edad. 16 años más que cuando llegó al gobierno del entonces Distrito Federal. Fuera de eso, es el mismo de siempre.
Lo acabo de escuchar en una entrevista radiofónica en vivo y no ofrece nada nuevo. Sus ideas son arcaicas. Su discurso igual en sus conceptos, dichos y tono. Lo que podría ser igual en los dos últimos conceptos que menciono. No así en sus principios rectores. Sigue hablando de “la mafia del poder”. “Al diablo con las instituciones”. “El PRIAN”. Un PRD cómplice del PRI. No supera las derrotas que le han infringido los partidos que no son sus enemigos, sino sus contrincantes. Pero de los que se expresa como si sus enemigos en realidad fueran. Y lo son.
En política se tienen amigos de mentiras y enemigos de verdad. AMLO suaviza con eufemismos corrientes lo que quiere decir. Y disfraza con paralogismos todo lo que dice. ¿Cómo qué? Como que puede hacer doce años de trabajo, en seis. Dando a entender que él puede ahorrar el tiempo que se dedica a pensar, algo así como ocho horas diarias y aumentarlas al trabajo. Así aumentaría al doble las jornadas de trabajo. Y es que él, no necesita pensar o ya pensó. Ambas conclusiones son aterradoras. Además, piensa que tiene 47 años. LA edad de cuando llegó a la Jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal. Andrés tiene 63 años de edad y ha tenido problemas de salud graves. Pero es como todos nosotros, no sentimos que envejecemos y pensamos que aún tenemos 25 años y las podemos todas.
Andrés Manuel da señales de que efectivamente no piensa y que su senectud le ha alcanzado. Dice: "Las leyes se hacen para los seres humanos, no que los seres humanos estén subordinados a las leyes". Creo que por más eufemismos y que use, esto será un gran paralogismo. Falso de toda falsedad. Si los seres humanos no estamos subordinados a las leyes, ¿entonces para que se legisla y cuál es el sentido de una ley?
"No hay que pensar, hay que trabajar". Esto lo describe. Habla sin sentido y sin pensar. Se defiende con los mismos anacronismos de siempre. No hay ideas nuevas, todo le resulta fácil. Es como un juego que aprendió a jugar y ahora domina. Por lo mismo, su desempeño se torna aburrido. “No soy corrupto”. Su dicho suena como el de un alcohólico en una reunión de AA, sólo que falso. El alcohólico lo reconoce y sabe que lo es. AMLO al declararlo, se oye tan falso como el niño que rayó la pared con una crayola y niega que fue, teniendo la crayola en la mano.
Una sola cosa dijo en la entrevista Andrés Manuel que sí tienen toda la razón: "México necesita justicia, no venganza". Todos los problemas que sufrimos como nación, son el resultado de la corrupción, que no es otra cosa que una injusticia. Me ha quedado claro que Andrés, de presentarse-como sé que lo hará-como candidato a la presidencia de la república en el 2018, será el mismo “peje” de siempre. Aunque no lagarto, como dice él. Y tienen razón, porque es ya un viejo lagartón. Ahí El Meollo del Asunto.
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