Matar cuando debes matar, hay momentos en los que no se puede tener compasión por algo que los analistas llaman respeto al rival y eso sobró contra Cuba.
No hubo sorpresa en el resultado contra el seleccionado cubano pues este ya había manifestado ciertas debilidades como la ausencia de jugadores que por falta de Visa no pudieron viajar quienes para colmo la mitad eran delanteros y por su fuera poco uno de los que sí pudo asistir se fugó.
¿Cómo se puede alardear de ganarle a un equipo en esas condiciones?
No se puede porque la competencia no existió, la escuadra nacional fácilmente pudo anotar más de la media docena de goles y no lo hizo, en todo caso eso sería lo preocupante; ver a Andrés Guardado asumiendo el papel de líder en la cancha y fuera de ella es reconfortante. Se le vio relajado como a todo el equipo haciendo jugadas como si estuvieran en un partido interescuadras, ganando confianza, siendo los “héroes” no había otra opción.
Oribe Peralta levantando la cara con su Hat-trick, Carlos Vela más suelto a pesar de la presión que lleva por la responsabilidad que se le ha otorgado de echar el equipo a sus hombros, destacada la participación de Jonathan Dos Santos –un acierto táctico- en la contención.
Un encuentro que sirvió para aprender, para ganar seguridad, para que Guillermo Ochoa descansará, para que “Gallito” Vázquez se lesionara y nada más, sería una acción osada ensalzar al Tri por vencer a Cuba. Es una verdadera lástima que no se le haya exigido al equipo de Miguel Herrera, eso es lo que los jugadores requieren, que los encaren, que los obliguen a apelar a su orgullo y no a su creciente soberbia.
Para seguir con la travesía la selección Guatemalteca ya viene herida eso hace suponer que será un rival fácil, curiosamente cuando México es amplio favorito es consumido por la sobra de ego en el campo. Con Cuba no se notaron las debilidades o lo endeble de la defensa porque el único que intentaba generar peligro era Ariel Martínez. Guatemala tiene a Carlos Ruíz y su conocimiento del futbol mexicano, algo debió aprender de su paso por Puebla y José Contreras que es de esos que tienen los pantalones bien fajados –eso han dicho-.
Se sigue esperando ver a México en la final, en la fase de grupos se avanza con paso firme y parece que los jugadores lo tienen claro, parece que le verdadero rival de la selección nacional es la soberbia, si sucumben ante ella se acaba el viaje pero si las cosas siguen como están ¿por qué no pensar en que ya se tiene un pie en la final?
Imagen de: Dany Zepeda
Matar cuando debes matar, hay momentos en los que no se puede tener compasión por algo que los analistas llaman respeto al rival y eso sobró contra Cuba.
No hubo sorpresa en el resultado contra el seleccionado cubano pues este ya había manifestado ciertas debilidades como la ausencia de jugadores que por falta de Visa no pudieron viajar quienes para colmo la mitad eran delanteros y por su fuera poco uno de los que sí pudo asistir se fugó.
¿Cómo se puede alardear de ganarle a un equipo en esas condiciones?
No se puede porque la competencia no existió, la escuadra nacional fácilmente pudo anotar más de la media docena de goles y no lo hizo, en todo caso eso sería lo preocupante; ver a Andrés Guardado asumiendo el papel de líder en la cancha y fuera de ella es reconfortante. Se le vio relajado como a todo el equipo haciendo jugadas como si estuvieran en un partido interescuadras, ganando confianza, siendo los “héroes” no había otra opción.
Oribe Peralta levantando la cara con su Hat-trick, Carlos Vela más suelto a pesar de la presión que lleva por la responsabilidad que se le ha otorgado de echar el equipo a sus hombros, destacada la participación de Jonathan Dos Santos –un acierto táctico- en la contención.
Un encuentro que sirvió para aprender, para ganar seguridad, para que Guillermo Ochoa descansará, para que “Gallito” Vázquez se lesionara y nada más, sería una acción osada ensalzar al Tri por vencer a Cuba. Es una verdadera lástima que no se le haya exigido al equipo de Miguel Herrera, eso es lo que los jugadores requieren, que los encaren, que los obliguen a apelar a su orgullo y no a su creciente soberbia.
Para seguir con la travesía la selección Guatemalteca ya viene herida eso hace suponer que será un rival fácil, curiosamente cuando México es amplio favorito es consumido por la sobra de ego en el campo. Con Cuba no se notaron las debilidades o lo endeble de la defensa porque el único que intentaba generar peligro era Ariel Martínez. Guatemala tiene a Carlos Ruíz y su conocimiento del futbol mexicano, algo debió aprender de su paso por Puebla y José Contreras que es de esos que tienen los pantalones bien fajados –eso han dicho-.
Se sigue esperando ver a México en la final, en la fase de grupos se avanza con paso firme y parece que los jugadores lo tienen claro, parece que le verdadero rival de la selección nacional es la soberbia, si sucumben ante ella se acaba el viaje pero si las cosas siguen como están ¿por qué no pensar en que ya se tiene un pie en la final?