Alex Ferguson dirigió al Manchester United, uno de los clubes más renombrados del futbol inglés, durante más de 27 años. No por eso deberíamos decir que era un dictador, le fue muy bien y lo demostró con triunfos.
Pero no es el soccer lo que nos trae a colación a dicho entrenador. En estos días es difícil hacer carrera en un solo sitio, tener éxito y además ser querido. Pocos lo logran, ya no digamos en el ambiente político, donde se quiere hacer una carrera a como dé lugar, no importa dónde ni con quién, sino quedarse dentro del presupuesto el mayor tiempo posible, ni siquiera para ayudar al pueblo. Ya lo dijo un viejo político: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
De esta manera se resume el actual proceso de campañas: políticos chapulines que saltaron de un partido a otro en el que ya pasaron de moda, otros que crearon sus propias organizaciones para entrar al exitoso negocio familiar y unos más pasarán de un cargo a otro sin saber si tienen la capacidad de administrar o hacer bien las cosas, sólo por el hecho de no perder el puesto que los beneficia para la segunda mitad del sexenio.
Un claro ejemplo es el ex comisionado en Michoacán Alfredo Castillo, quien ha jalado con el presidente desde que éste era gobernador mexiquense. Del salto fabuloso de la Procuraduría estatal pasó a bateador emergente en la Procuraduría del Consumidor, fue como bombero a la tierra de Morelos y una vez que no se pudo argumentar su presencia, con mucho mayor poder de decisión que el gobernador sustituto nada más de patente, se le removió. Pasaron unas cuantas semanas para nombrarlo director de la Comisión Nacional del Deporte con bombo y platillo mientras le explotaba el caso de Apatzingan.
En unos años Castillo pasó de la impartición de justicia a defender consumidores quejosos para luego tratar de poner orden en territorio templario, para ahora premiarlo con la dirección del deporte nacional. Excelente, eso demuestra que tenemos políticos todólogos. Quizás en un futuro sea embajador en El Vaticano o representante campesino. Pero no es el único caso seguro como él hay muchos que van un lado a otro, donde los manden, quepan o al hueso que les toque roer.
Los dirigentes partidistas quizás no tengan mucha gente preparada pero sobran los arribistas. En otros partidos, como ejemplo, repetirán candidatos a alcaldías, diputaciones y en la ciudad de México a jefaturas delegacionales. Es decir, la caballada está flaca o ya no hay forma de reciclarlos.
¿A cuántos políticos les va bien como a Sir Ferguson en el Manchester como para estar tres décadas en un puesto o ayudar a sus representados? Para muchos don Porfirio levanta la mano desde París.