Las elecciones intermedias se celebrarán en aproximadamente 50 días y desde el registro de precandidatos un ciudadano cuya actividad para ganarse la vida impregnó el sello de lo que sería este proceso. Lagrimita, el payaso, no sólo le agregó pimienta a la aburrida pero polémica política mexicana, también le proporcionó el distintivo que muchos candidatos formales han seguido y hasta el propio INE le ha entrado.
En el terrible proceso de difusión mediática que nos ataca por todos los medios electrónicos conocidos hemos visto y escuchado verdaderos intentos de comedia barata; desde bailes, coreografías versiones de canciones con letra a favor de un partido u otro (que quizás ni pidieron los debidos permisos, por lo que violan varios derechos de autor) hasta la guerra de quién es menos malo. Si bien los expertos en publicidad sugieren que para hacer un anuncio llamativo éste debe ser diferente, ahora los creadores y los protagonistas se han volado la barda.
Desde antes de comenzar formalmente las campañas, el partido de la ex dirigente magisterial se vio severa con sus “a huevo” y el “se rompe la madre”; los ataques de panistas a los priístas, que se quedaron como el chinito mientras los azules les pusieron una tunda publicitaria, hasta que también decidieron contraatacar. Eso sin contar todos los promocionales que el INE prohibió o censuró.
A todo eso se le agrega que el Instituto Nacional Electoral, por medio de la propuesta de varios partidos políticos, quería cambiar la fecha del juego entre la selección de futbol de México contra su similar de Brasil, ya que por verlo los ciudadanos no iríamos a votar. Además, se pidió a los dirigentes futboleros que el equipo no utilice la camiseta verde; parece que ya los convencieron porque se emitió un comunicado que indica se utilizará la famosa negra. De todos modos no saldrán avante ante el scratch du oro. Ojalá que no pidan que esta selección cambie su clásica camiseta amarilla.
Lo irónico es que nada tiene qué ver el color de la vestimenta, pues entonces nadie podrá ir a votar vestido si porta el verde, amarillo, azul, turquesa, rojo, naranja y le tendremos que hacer como en las viejas cáscaras futboleras de los llanos, cuando un equipo debía quitarse la camiseta el primer tiempo y la otra oncena en el segundo, para no confundirse si ambas escuadras llevaban el mismo color.
Sigamos pues con el circo en que se han convertido las campañas y afortunados sean quienes tengan televisión por cable, servicios de música pagada, alquiler de películas en línea o quienes leen mucho, ya que serán los únicos que se salven de aquí al 7 de junio.
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