Un grupo de científicos franceses logró crear esperma humano in vitro a partir de células madre testiculares. De acuerdo con los autores, esta investigación podría revolucionar en un futuro a largo plazo el tratamiento de la infertilidad masculina.
Kallistem, una empresa de biotecnología con sede en Lyon, Francia, anunció el pasado mes de mayo este logro. Sin embargo, los detalles de su investigación fueron recién revelados este jueves, después de haber obtenido la patente del proceso. Asimismo, la investigación ahora cuenta con el apoyo del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) del país europeo.
En concreto, los especialistas se las arreglaron para crear espermatozoides in vitro utilizando células madre testiculares (conocidas como espermatogonias) de hombres infértiles. Sin embargo, aunque el esperma es “morfológicamente normal”, no saben con certeza si el esperma artificial funcionaría para la creación de bebés.
Por ello, el equipo primero probará la calidad de los espermatozoides artificiales en ratones, para evaluar si sus hijos “son normales o no, y si son capaces de reproducirse“, comentó Philippe Durand, investigador en jefe de Kallistem.
Los científicos de Kallistem han trabajado durante 20 años para lograr obtener las condiciones de cultivo que les permitieron transformar células madre testiculares en esperma.
Esta técnica podría resolver “de 30 a 50 por ciento” de los problemas de infertilidad masculina, destacó Durand. Pero se necesitarán muchos años para desarrollar un tratamiento, ya que los ensayos clínicos comenzarán dentro de tres a cinco años, añadió.
Numerosos estudios han encontrado que, en promedio, el número de espermatozoides masculinos alrededor del mundo se ha reducido más de la mitad en los últimos 50 años, y continúa cayendo a un ritmo de dos por ciento anual. Durand expuso que la motivación principal de su investigación se basa en dichos indicadores, que dijo podrían atribuirse a factores ambientales.
Ya que “el corazón del problema está en el interior del testículo“, subrayó, eso fue lo primero que trataron de replicar en el laboratorio.
Basándose en lo anterior, el equipo de investigación creó un biorreactor utilizando un fluido viscoso hecho parcialmente de sustancias que se encuentran en las paredes de los hongos o en las conchas de los crustáceos, a fin de reproducir las condiciones que se presentan dentro del cuerpo. Primero se utilizaron células de rata, posteriormente células de monos jóvenes, y finalmente células humanas.
El principal desafío implicó reproducir en el laboratorio un proceso de desarrollo fisiológico altamente complejo, que por lo general dura 72 días en un ser humano, partiendo de células inmaduras hacia espermatozoides. En cada caso, “tomaron la ruta entera que habrían tomado en el testículo en nuestro sistema in vitro“, enfatizó Durand.
Por su parte, la investigadora del CNRS Marie-Helen Perrard, quien también ayudó a fundar Kallistem, explicó que los hombres jóvenes con cáncer que podrían tener problemas de fertilidad más adelante en sus vidas serían el primer tipo de pacientes que se verían beneficiados por el proceso. Agregó que su fertilidad podría ser preservada mediante el desarrollo de espermatozoides maduros a partir de sus células inmaduras, y luego congelarlos.
Información: salud.carlosslim.org
