Científicos de Estados Unidos y España investigan la efectividad de las células madre en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica, el párkinson y en trastornos como la parálisis cerebral.
El especialista en medicina regenerativa del Instituto Cedars-Sinai Medical Center, en Estados Unidos, Clive Svendsen, indicó que el equipo científico emplea células pluripotenciales inducidas (iPS).
Estas células se obtuvieron de manera previa de la sangre o la piel de un paciente adulto, para tratar la esclerosis lateral amiotrófica conocida también como enfermedad Lou Gehrig, padecimiento que provoca una parálisis progresiva de los músculos hasta que el paciente fallece después de tres a cuatro años de ser diagnosticado, apuntó en entrevista Svendsen, quien agregó que para esta enfermedad no existe tratamiento efectivo.
El médico explicó que la terapia propuesta consiste en obtener en el laboratorio las iPs y administrarlas al paciente, para que estas secreten la línea celular glial factor neurotrófico derivado (GDNF), sustancia química que activa un factor de crecimiento que protege a las neuronas que en general mueren con la enfermedad.
Si bien esta investigación no arrojó resultados en humanos, ya que en los próximos meses iniciarán los estudios clínicos, Svendsen aseguró que en modelos animales se observó que los que fueron tratados con células madre de este tipo tuvieron hasta 2.5 veces más neuronas.
Respecto a la investigación en torno a la enfermedad del Párkinson, el científico dijo que el trabajo se enfoca en reemplazar las células de apoyo que protegen a las células dopaminérgicas, las cuales se pierden con la enfermedad.
La protección a las células dopaminérgicas crea un microambiente que evita la propensión a la degeneración y hace que estas células secreten factores de crecimiento que previenen la muerte celular en el párkinson, apuntó.
Además, mencionó que reducen la oxidación, un factor importante en la muerte celular del cerebro y durante el envejecimiento.
Por otro lado, Svendsen añadió que en algunos estudios hechos con iPS para tratar retinitis pigmentosa, que es un grupo de enfermedades que provocan la pérdida gradual de la visión, se hicieron trasplantes debajo de la retina con buenos resultados.
“El problema es que hasta ahorita no hay muchos estudios clínicos, no sé sabe cuál será el comportamiento en pacientes”, indicó.
En ese sentido, el especialista comentó que el empleo de estas células supone desafíos como la formación de tumores, de modo que dijo: “estudios previos a los clínicos tienen que dar certeza de que las células no se vayan a replicar demás”.
Otra preocupación es que haya cierto tipo de toxicidad al secretar factores de crecimiento, que estas células en verdad funcionen y una posible limitación inmunológica.
“Hay la preocupación de que las células vayan a ser atacadas por el sistema inmunológico. No se sabe que tantos medicamentos inmunosupresores se van a tomar, en qué pacientes y en qué trasplantes, así que todo eso es algo que se está investigando”, comentó.
En entrevista por separado, el médico del Hospital Infantil Niño de Jesús en Madrid, España, Luis Madero, comentó que la investigación en la que participa usa células hematopoyéticas o mesenquimales para tratar a pacientes con parálisis cerebral.
El doctor explicó que las células madre que se inyectan a los pequeños activan la diferenciación de neuroblastos en su sistema nervioso central.
“No es tanto que las células que ponemos sean capaces de regenerar nuevas células, sino que las células madre llegan al cerebro y llaman a factores de crecimiento, moléculas y proteínas para a partir de ahí crear nuevas células que comiencen a diferenciarse y a reparar el problema”, indicó.
Es decir, las células mesenquimales tienen un efecto estimulador de otras que repararán el problema neurológico, precisó el jefe de la Unidad de Trasplantes de la Médula Ósea.
A pesar de que los resultados en estos padecimientos están lejos de llegar a la población, se tiene la esperanza de que brinden beneficio en áreas motoras, de lenguaje y cognitiva, aseguró Madero.
También, el especialista destacó que los resultados son buenos en otras patologías como la osteoartritis de rodilla y cadera, así como en la necrosis de la cabeza femoral. Ambos especialistas coinciden en que las células madre pueden ayudar a modelar enfermedades.
“Por ejemplo, si un paciente tiene una arritmia, se le puede tomar una muestra de sangre o piel y con ella generar iPS, que luego se volverán células cardiacas que latirán en cultivo y a las que se les puede probar 100 0 200 medicamentos para ver qué fármaco es el mejor”, explicó Svendsen.
El médico añadió que en un futuro más lejano se podrían crear junto con la ingeniería biomédica órganos como corazones y páncreas artificiales.
Información:Notimex