¿Quién iba  decir que cuando una llega a otro país es cuando te vas dando cuenta qué cosas hacemos bien y qué cosas, definitivamente, hacemos mal? Bien, pues en mi viaje de investigación (pesquisa) aquí en Brasil, una de las acciones que más me han sorprendido ha sido la autonomía universitaria con la que viven no sólo los alumnos, sino también los trabajadores universitarios; me ha sorprendido cómo realizan abiertamente sus asambleas, cómo los alumnos adquieren los servicios a un bajo costo, cómo la alimentación forma parte de la buena formación, entre muchas cosas más.

Sí, quiero hacer un análisis de por qué la educación universitaria en Brasil es una de las mejores y por qué se están generando políticas para mejorar la calidad de la democracia desde sus aulas; así como también, quiero hacer mención de las difíciles situaciones que aún se viven para todas y todos aquellos quienes no pueden tener acceso a esta misma educación universitaria en este país.

Primero, quiero hablarles sobre la autonomía y la libre expresión dentro de la universidad; aquí las y los alumnos pueden realizar abiertamente sus asambleas, pegar pancartas, dar anuncios, vestirse como gusten y todo en un ambiente de completo respeto y tolerancia; realizan debates sobre cómo debe ser utilizado el presupuesto de la universidad, defienden abiertamente el derecho que les corresponde de una educación de calidad y de equidad; de igual forma, los trabajadores pueden reunirse en las plazas públicas para ver por su lucha hacia un mejor salario, un carrito con bocinas pasa por las calles de la universidad para avisar que se tendrá asamblea pública con la convicción de que no serán coadyuvados de sus derechos o despedidos por asistir.

Las reuniones que se hacen son para externar contentos o descontentos ante el sistema político, económico o social del país o de la propia universidad; me ha tocado asistir a asambleas (matutinas, vespertinas o nocturnas) dentro de la misma universidad para hablar sobre el derecho a una educación equitativa, sobre el Día Internacional de la Mujer, sobre Feminismo, sobre el aumento al salario de los trabajadores, a eventos musicales, de teatro, etc., y todo en un clima de respeto y como derecho a una educación integral.

Quiero hacer mención a un tema que es primordial para las universidades brasileiras y es el tema de la importancia de la alimentación para tener un mejor aprendizaje. Sí, como lo leen, aquí la alimentación es tan esencial como un buen profesor o como unas aulas óptimas, ya que todo alumno con matrícula universitaria tiene derecho a comer 2 veces al día, cada comida por sólo 2 reales (aproximadamente $12 pesos mexicanos), en el comedor universitario donde otorgan una comida sumamente completa, y esto es porque están convencidos que sólo con una buena alimentación es como los alumnos pueden tener un mejor aprendizaje y todos pueden tener acceso a las mismas oportunidades.

Sin embargo, no todo lo que acontece aquí en Brasil, en el tema educativo es bueno, ya que la educación universitaria pública es, en su gran mayoría, para todas y todos aquellos alumnos que pudieron tener una educación básica privada, pues la educación pública básica es de mala calidad; sí, entrar a la universidad brasileña es sumamente difícil y, desafortunadamente , todavía la gente negra o india es la de menor porcentaje de asistencia a las aulas universitarias; empero, ese es otro tema que tocaré en un próximo capítulo.

Quiero finalizar, por hoy, mencionando que estoy convencida que las buenas prácticas ciudadanas se pueden y deben ir generando desde la educación, ya sea en la universidad o en la educación básica, y que la educación, en general, es el pilar para generar mejores oportunidades, mejor calidad de vida y crear un futuro diferente tanto para nosotros como para las próximas generaciones.

Sí, el camino es difícil; sí, se necesita de mucha voluntad política y económica en nuestro país para generarla…pero no es imposible. El cambio inicia en la cabeza para después pasar al corazón y, finalmente, verse reflejado en las acciones.

Desde la Universidad Estadual de Campinas, São Paulo, Brasil. Saludos.