A los amigos justicia y gracia, a los enemigos ley a secas.
El gober rencoroso Miguel Barbosa como fue bautizado por el periodista Francisco Zea ha emprendido una presunta lucha anti corrupción en el estado gobernando a punta de órdenes de aprehensión como lo he documentado en otras entregas.
Sin embargo, esa lucha anti corrupción está en duda pues al parecer el gober ha integrado carpetas de investigación para perseguir más a sus enemigos y adversarios políticos que para combatir a los funcionarios que han abusado de su poder o han cometido actos que van en contra de la 4T.
Vea usted amable lector. El día lunes por la noche se dio a conocer que se cumplimentó una orden de aprehensión en contra del ex líder magisterial Guillermo Aréchiga (Guillermo ‘N’) por la presunta venta de concesiones de transporte público a empresarios que incurrieron en lo que quizá sean sobornos y demás beneficios personales para el ex funcionario que también fue legislador de Morena.
Pero fue el propio Miguel Barbosa quien invitó a este personaje presuntamente corrupto a sus campañas políticas con miras a la gubernatura en 2018 y posteriormente en el 2019 durante la elección extraordinaria tras el trágico accidente que sufrió la gobernadora constitucional Martha Erika Alonso Hidalgo.
Guillermo Aréchiga fue líder magisterial de la sección 23 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en Puebla, cercano a la ex dirigente Elba Esther Gordillo Morales. Nuestro personaje también estuvo en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y fue cercano al “gober precioso” en los años de decadencia del priismo poblano.
Luego brincó al morenovallismo por instrucciones de Elba Esther Gordillo para luego formar parte de la estructura gubernamental de Rafael Moreno Valle desde el congreso del estado a através del partido Nueva Alianza y posteriormente con el alcalde José Antonio Gali Fayad participando unos meses como secretario de gobernación.
En toda esta trayectoria no salió muy bien evaluado. Entonces brincó a las filas de Morena donde lo recibió el Barbosismo.
Pese a todos los antecedentes de nuestro personaje, Barbosa Huerta lo cobijó, le dio juego y lo impulsó hasta que en el segundo intento por hacerse de la gubernatura la cuál obtuvo con la menor votación de la historia, logró colocarse en un nivel de Secretario de Estado ya en 2019.
Aréchiga Santamaría una vez colocado en una verdadera posición de poder habría faltado a los principios de la 4T “No mentir, no robar y no traicionar” – los cuáles ni el presidente cumple – para vender concesiones de transporte público a empresarios del ramo, lo cuál le costó hasta el momento la cárcel y una humillación pública luego de que en marzo del 2021 patrullas y un impresionante operativo llegaron a la Secretaría de Movilidad y Transporte para detener al funcionario.
Sin embargo, el primer mandatario parece más aplicar la ley a secas a uno de los suyos pues si las acusaciones y carpetas de investigación giran en torno a la venta ilegal de concesiones, ¿por qué sólo él (Aréchiga) fue detenido?.
¿No hubo empresarios involucrados?, ¿las concesiones siguen vigentes?, ¿qué empresarios se beneficiaron de ellas y cuánto pagaron?, ¿por qué sólo le aplicaron la ley a secas al corrupto Aréchiga y a los empresarios ‘gracia’?
Haría bien el gobernador Barbosa en exhibir también a los empresarios y transportistas que corrompieron a Aréchiga Santamaría si es que realmente quiere combatir este problema que aqueja a la sociedad y que se profundizó con la llegada de la 4T a cada región del país.
No vaya a ser que el gober le haya querido aplicar la guillotina al impresentable Aréchiga justo cuando se están peleando el control del magisterio con las próximas elecciones de los nuevos dirigentes en las secciones 23 y 51 del estado de Puebla.