El siglo XXI se ha caracterizado por ser el marco de referencia para el desarrollo de lo que se conoce como la globalización. Por este fenómeno se entiende que existe una alta dependencia entre países para la comercialización de bienes y servicios.
La oferta y demanda internacional regulan los precios de mucho de lo que consumimos y los países han perdido autonomía sobre sus políticas de precios hacia sus pobladores y con otros países ya que, el mercado internacional es el que regula estos.
La actual baja de los precios del petróleo a nivel internacional, los cambios en los precios de productos agrícolas como el café, el frijol, el maíz, etc., son ejemplos de cómo la globalización incide en la economía de un país. Podemos decir que entre mayor dependencia exista de la venta o consumo de un bien externo mayor será el impacto de los cambios del precio de este en el desarrollo económico de un país.
México, como la mayoría de las economías en desarrollo, es altamente dependiente de sus exportaciones en bienes primarios o mejor conocidos como recursos naturales; en especial todos sabemos de la necesidad que tiene nuestra economía de las rentas petroleras.
El entorno económico internacional desde finales del año pasado, presentó un deterioro significativo debido a factores como: la drástica caída en el precio del petróleo; la volatilidad financiera asociada al inminente incremento en las tasas de interés en Estados Unidos, y la desaceleración de la economía global. Por esto, y como lo señala la SHCP, “ante la perspectiva de que los precios del petróleo se mantengan bajos y se incrementen las tasas de interés durante los siguientes años, se ha iniciado desde ahora una revisión a la estructura del gasto público de tal forma que permita una reingeniería al interior de la Administración Pública Federal para evitar una caída drástica del Presupuesto de Egresos para el ejercicio 2016”.
Se habla de un ajuste al gasto público de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal (APF) que asciende a 124.3 mil millones de pesos, monto que representa el 0.7% por ciento del PIB. Lo importante de este ajuste es que la mayoría debe venir del gasto corriente por lo que se espera que no tenga una repercusión de consecuencias en la tasa de crecimiento económico esperada para el país.
Sin duda la noticia del recorte no es lo mejor en estos momentos para nuestro país y que el gasto gubernamental es uno de los factores que impulsan inversiones privadas en nuestro país y eso incide en el desarrollo; sin embargo como se mencionó de no hacer este recorte estaríamos cayendo en un espejismo del desarrollo del cual muy pronto saldríamos con consecuencias negativas para todos.
Ante el reto que nos presenta la globalización económica es claro, como ya se ha hablado, que México tiene que buscar fortalecer su mercado interno, esto lo hará menos dependiente de los cambios en precios de los bienes y servicios que consume, pero también debe buscar fortalecer sus ingresos internos promoviendo la formalidad y la productividad en todas las escalas económicas desde lo local hasta lo macro. Pero también ante este escenario se hace indispensable que el gasto público sea responsable, eficiente y eficaz, por eso el Gobierno de la República, que encabeza el Presidente Peña, refrenda su compromiso de ejercer los recursos públicos bajo los principios que establece el artículo 134 Constitucional, por lo que la Secretaría de Hacienda seguirá promoviendo su uso eficiente, a la vez de fortalecer la transparencia y rendición de cuentas de los mismos.