Aldeas infantiles S.O.S. reporta que en nuestro país existen aproximadamente 412, 456 niñas y niños sin cuidado parental, de ellos hay en instituciones del gobierno unos 29, 310 y se estima que 5, 137, 233 están en riesgo de perder el cuidado de sus padre por condiciones como la pobreza, adicciones, violencia intrafamiliar y procesos judiciales.
El Artículo 25 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en México “cuando una niña, un niño o un adolescente se vean privados de su familia, tendrán derecho a recibir la protección del Estado, quien se encargará de procurarles una familia sustituta y mientras se encuentren bajo la tutela de ésta se les brindarán los cuidados especiales que requieran por su situación de desamparo familiar”, para salvaguardar la integridad de los niños en esta situación el Estado ha dispuesto casas hogar en las que se reproducirá un ambiente lo más parecido a un hogar en donde se atiendan todas las necesidades de los menores.
Aunque el Estado asume la responsabilidad del cuidado de los pequeños lo ideal sería que todos contaran con un nuevo hogar en donde crecer en un ambiente más cálido, en que puedan ser protegidos y garantizados todos sus derechos, en nuestro país la ley permite la adopción de menores de edad tanto para parejas heterosexuales, uniparentales y desde el 2015, la Suprema Corte de Justicia le concedió este derecho también a las parejas homosexuales, con esta decisión México está entre los 20 países que han reconocido como legal la adopción en un hogar homoparental.
Apenas en junio del año pasado, Estados Unidos declaró la legalidad de la unión de las parejas del mismo sexo, en México, se autorizó en algunas regiones desde el 2009 y ahora ambas naciones son parte de las 22 que reconocen las uniones legales de las parejas del mismo sexo.
A pesar de esta situación, todavía hay países que castigan la homosexualidad y la condenan como un delito, en contraste con otras naciones que tienen una evolución constante y ha ajustado las leyes a favor de los cambios en la sociedad misma.
El Sistema Integral para el Desarrollo de la Familia (DIF), es el organismo encargado de regular las adopciones en México, para ello tienen una serie de requisitos que buscan garantizar un hogar que garantice el bienestar de los niños que se integran a una nueva familia, no sólo se defienden los derechos de los padres, ahora es fundamental salvaguardar la integridad de los menores.
Aunque se ha avanzado en los derechos de las parejas homosexuales, el país tiene aún reticencia a aceptar la libre inclusión de las nuevas familias, aunque ya sean parte de la cotidianeidad, encuestas arrojan opiniones divididas, algunos a favor y otros en contra de las familias homoparentales e incluso las uniparentales, sobreviven miles de prejuicios, pero pocos ven más allá de la realidad, los niños en las casas hogar, no tienen el mismo desarrollo que en un hogar real, por mucho que las instituciones traten de reproducir el ambiente de un hogar natural.
El amor no puede hacerle daño a nadie y un hogar lleno de amor es mucho más recomendable que una institución del gobierno en la que no se puede garantizar la misma atención que procura una pareja amorosa, las relaciones padres-hijos no tiene nada que ver con las preferencias sexuales, sólo se trata de amor entre seres humanos y el Estado ha reconocido que la preferencia sexual no importa cuando los involucrados demuestran que poseen las características necesarias para educar y procurar a los niños que tienen derecho a un hogar, como sociedad nos toca pensar más a favor del amor y menos en los prejuicios sociales, las cifras son grandes y muy dolorosas, cuando hay quienes buscan una oportunidad para experimentar la experiencia de la paternidad o maternidad y dar un hogar a tantos niños que duermen en un dormitorio comunitario.
