En México, la tenencia de la tierra para el campo ha sido de gran importancia para el desarrollo de nuestro país. Así en 1915 se promulgo la Ley Agraria que pretendía dar certeza sobre la distribución de tierras, que se llevó a cabo en esa época, para eliminar el problema de los cacicazgos que se tenía sobre la misma y que habían llevado a uno de los conflictos sociales más importantes de nuestra historia, a saber, la Revolución Mexicana.
Y a 101 años de la aparición de esta Ley, tal parece que el reparto agrario ya quedó atrás y la política del campo ahora se centra en la certeza jurídica, en resarcir el rezago registral y catastral, poner al día la tenencia de la tierra y en acercar la justicia cotidiana a los campesinos.
Hoy se entiende que es a partir de la certidumbre jurídica que se sientan las bases para impulsar el desarrollo productivo del sector agrario, promover su proceso de modernización y democratizar la productividad. El Gobierno del Presidente Peña tiene muy en claro que el desarrollo nacional depende, invariablemente, del desarrollo del agro mexicano y por esto ante los cambios que un entorno cambiante ha requerido podemos decir que el campo ha sido un pilar de la política mexicana.
En tres años de gobierno hemos transitado de una política meramente asistencialista ─basada exclusivamente en subsidios─, hacia una política sustentada en incentivos que permitan elevar y democratizar la productividad en el sector agroalimentario por lo que, este año el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable se invertirán más de 352 mil 800 MDP, esto es 47 mil millones más que en 2012.
Hoy también se está impulsando la adopción de nuevas tecnologías para generar y agregar más valor al trabajo del campo; a la fecha, se han incorporado al riego tecnificado en 420 mil hectáreas; esto representa un avance del 93% en la meta sexenal que nos habíamos planteado, de tecnificar 450 mil hectáreas.
La mejora en la productividad ha tenido mercados para su mejor comercialización, ya que gracias a las políticas, acuerdos y tratados comerciales que se han impulsado en esta administración, los productos agroalimentarios ahora tienen mejores condiciones de acceso en mercados de Latinoamérica y Asia.
Podemos destacar el caso de nuestras exportaciones a China, que en 2015 se incrementaron en más de 25 por ciento y decir que, tan sólo en los primeros 10 meses del año pasado, las exportaciones agropecuarias y agroindustriales al mundo, superaron los 22 mil 400 mdd, lo que significa un crecimiento anual de 5.3 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
Una de las peticiones más sentidas por parte de los campesinos ha sido el acceso a crédito justo y sin condiciones imposibles, ante esto, la administración del Presidente Peña Nieto ha demostrado que cree en la palabra de los productores del campo.
Se creó la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, que otorga créditos a los pequeños productores rurales, con las tasas de interés más bajas del mercado: 7% anual para hombres y 6.5% para mujeres, esto con la ventaja de que los pequeños productores ya no tienen que dejar en garantía su casa o su tierra; basta con la propia cosecha, porque el gobierno cree en la palabra de la gente trabajadora y esforzada del campo.
Por su parte, la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, la Sedatu, ha agilizado la emisión de títulos de propiedad agraria, brindado así seguridad y certeza jurídica al patrimonio de las familias del campo.
En lo que va de la administración se han entregado: mil 107 títulos de propiedad, en materia de terrenos nacionales que amparan una superficie de 13 mil 236 hectáreas; 244 declaratorias, sobre 54 mil 53 hectáreas; 850 títulos de propiedad sobre 484 hectáreas, para regularizar lotes en colonias agrícolas y ganaderas.
Y para seguir avanzando y brindar certeza jurídica a la propiedad social a un mayor número de ejidos y comunidades, este año la Sedatu instalará los 32 Consejos de Desarrollo Agrario de las entidades federativas además que, durante 2015, esta secretaria concreto más de 113 mil soluciones de vivienda en el campo mexicano.
Para México, la lucha por la tierra ha sido la lucha por la libertad, por la justicia social y por la dignidad por lo que, con políticas públicas innovadoras, con programas orientados a elevar la productividad y con certidumbre jurídica sobre la propiedad social, estamos construyendo el campo justo, productivo, rentable y sustentable que todos los mexicanos queremos.
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