Después de la asistencia del expresidente, Andrés Manuel López Obrador, a la elección judicial del pasado domingo, la senadora Guadalupe Chavira aseguró que se confirma la unidad de la Cuarta Transformación en torno a un proyecto democrático, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum. Indicó que eso es lo que molesta a la oposición, que se niega a aceptar que los cambios profundos van a tocar a los poderosos y corruptos, intocables en el pasado.
La legisladora morenista destacó el simbolismo de la presencia de López Obrador en la histórica votación para elegir a las y los nuevos juzgadores del Poder Judicial, quienes ahora se desempeñarán como cualquier servidor público, bajo el escrutinio ciudadano y con sanciones que pueden ir desde la denuncia ante el Ministerio Público, hasta el juicio político.
“La presencia de Andrés Manuel López Obrador en las urnas no fue circunstancial. Es la ratificación de que la democracia participativa es una realidad en México y de que la reforma que propuso al Poder Judicial no fue una ocurrencia ni una venganza, como han remachado los críticos, sino el resultado del hartazgo social ante una justicia solo para las élites”.
Chavira de la Rosa también consideró que el espaldarazo a Claudia Sheinbaum, como la mejor presidenta del mundo, refleja la unidad que hay en Morena y el respeto que existe entre ambos.
Desmintió que esta histórica reforma, que hoy perfila la presidencia de un ministro de origen indígena, destruya al Poder Judicial como afirmaron ayer los prianistas en la tribuna del Senado de la República, porque la mayoría de quienes resultaron electos traen carrera judicial y experiencia en la profesión de abogados.
Indicó que la reforma prevé mecanismos de control ciudadano como solicitar que el Tribunal de Disciplina Judicial revise denuncias que puede interponer cualquier persona en contra de jueces o magistrados, con sanciones que van de la amonestación a la denuncia penal en al Ministerio Público.
“Los jueces y juezas ahora serán evaluados cada año y se les separará hasta poder cumplir con ese requisito; pero serán despedidos si no cumplen con una segunda evaluación”, explicó.
La secretaria de la Comisión de Estudios Legislativos expuso que, en el caso de los ministros, también existen mecanismos claros de control que alcanzan al Senado, quien deberá evaluar las solicitudes de renuncia por casos de gravedad.
Indicó que la oposición anda muy dolida porque está quedando mal con sus patrones, pero el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum ya son referentes mundiales, de que en México manda el pueblo y no las élites.
Redacción