El papa Francisco pidió hoy no tener “blindadas” las puertas de la Iglesia a pesar de la “turbación” por estos “tiempos difíciles”.
“Por favor, nada de puertas blindadas en la Iglesia, nada, todo abierto”, declaró el pontífice durante la audiencia general de este miércoles, celebrada en medio de fuertes medidas de seguridad tras los atentados de París del viernes pasado.
“La Iglesia es la portera de la casa del Señor, la portera, no es la dueña de la casa del Señor”, agregó.
Dijo que existen lugares en el mundo en los que no se cierran las puertas bajo llave y otras más en donde las puertas blindadas se han vuelto normales por cuestiones de seguridad.
“Esto no sorprende, pero si pensamos en ello es un mal signo. No debemos rendirnos a la idea de deber aplicar este sistema a toda nuestra vida, a la vida de la familia, a la vida de la sociedad y mucho menos a al vida de la Iglesia, pues sería terrible”, afirmó.
Insistió en que una Iglesia “inhóspita”, así como una familia encerrada en sí misma “mortifican al Evangelio e aridecen al mundo”.
Según Francisco, el tema del “paso de las fronteras” se ha vuelto “crucial” y “la puerta ciertamente debe custodiar, pero no rechazar, no debe ser forzada, al contrario se pide permiso porque la libertad se oscurece con la prepotencia de la invasión”.
En una audiencia general con menos fieles que en otras ocasiones, el Papa recordó que está por comenzar (el 8 de diciembre) el Jubileo de la Misericordia.
“Con esta reflexión hemos llegado al umbral del Jubileo. Está cerca. Esta frente a nuestras puertas, no solamente ante la Puerta Santa, sino ante la Puerta de la Misericordia de Dios que es una bella puerta que acoge el arrepentimiento y ofrece la gracia del perdón. Se llama Jesús. El es la puerta que nos deja entrar y salir”, señaló.
Francisco alentó a los creyentes a entrar por esa puerta. “Abramos nuestras puertas y salgamos para ir al encuentro de los otros: algunos están frente a nuestras puertas y quizá no tienen el coraje y la fuerza de tocar”.
Al término de la audiencia pidió a la comunidad internacional vigilar “atentamente” sobre las condiciones de vida de los menores, especialmente en los lugares en los que están expuestos al reclutamiento por parte de grupos armados, así como ayudar a las familias a garantizar a cada niño y niña el derecho a la escuela y a la educación.
Información de: lopezdoriga.com
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