El canciller Marcelo Ebrard afirmó que México no es el muro migratorio de Estados Unidos y no tiene una política antiinmigrante ni tampoco una actitud de subordinación con el gobierno del presidente Joe Biden.
Desde el Senado en su comparecencia, sin críticas severas de la oposición e incluso con el reconocimiento por su gestión para adquirir las vacunas contra el coronavirus, defendió la política exterior y destacó la buena relación con Estados Unidos, América Latina, China y Rusia.
Acerca de los cuestionamientos de la oposición respecto a una subordinación en el tema migratorio, señaló que “México ni es un muro ni es cierto que estén llegando menos de los que llegaban. Lo que sí estamos haciendo es que si vas a estar refugiado en México respetas las normas de refugio en México, que si vas a ingresar a territorio nacional, hay una serie de opciones que la ley te da”.
Insistió en que “México no tiene una política en contra de los migrantes, eso no es cierto, no es así. Sí tenemos un reto migratorio”, dijo, al tiempo que insistió en que con Estados Unidos hay una “relación buena, pero no sumisa”.
Además, recordó que se desecharon todos los pronósticos de un desencuentro con la administración del presidente Biden.