Una mujer que seguía un tratamiento de hemodiálisis murió afuera del Hospital Materno Infantil “Dolores Sanz”, después de que personal del nosocomio le negara la atención.

Guadalupe Ramírez Vizcaína murió en una silla de ruedas rodeada de sus primas, quienes la llevaban a que siguiera el tratamiento en el hospital. Personal médico la rechazó al verla grave, por lo que le dijeron que acudiera al Hospital General, sin llamar a una ambulancia que la trasladara.

“Ya había pagado su hemodiálisis, fueron 900 pesos, la pasaron hacia otra sala pero al verla me dijeron que la llevara a otro hospital, que me fuera al Hospital General porque ellos no podían atenderla”, dijo una de las primas de la ahora fallecida.

El personal devolvió el dinero y las mujeres se dirigieron a la salida, y fue entonces cuando se dieron cuenta de que la mujer estaba muerta.

“Yo la sentí fría adentro, ya estaba inconsciente y así nos pidieron que nos fuéramos, pero yo creí que todavía respiraba. Cuando llegamos a la calle fue que pedimos la ayuda porque ya no se movió”.

El taxista que trasladó a las tres mujeres, y quien las acompañó mientras levantaban el cuerpo de la mujer, relató que durante el viaje, desde Valle de Chalco, Guadalupe estaba conciente, y llegó con vida al hospital.

Tras la llegada de las autoridades y medios de comunicación, el nosocomio cerró sus puertas y no atendieron a más pacientes, y solo dio la cara la mujer vigilante del lugar, quien defendió las acciones del hospital.

“Eso se hace con todos los pacientes delicados, aquí no se les puede hacer nada… la señora no tenía cita y las enfermeras de hemodiálisis la vieron muy mal por eso la mandaron al Hospital General”, dijo la guardia.

La Comisión Nacional de Arbitraje Médico establecerá si la clínica cometió negligencia al negarle la atención a la mujer, ya que al ser la enfermedad la causa de su muerte, la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal no pudo intervenir.

Con información de El Universal
Imagen de: @Huatoo