El diputado Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), aseveró que la reforma al segundo párrafo del artículo 19 y la adición de los párrafos segundo y tercero al artículo 40 de la Constitución Política, en materia de fortalecimiento de la soberanía nacional, “no tiene precedente en la historia del constitucionalismo mexicano”.

Durante su participación en tribuna durante la discusión del dictamen de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Seguridad Ciudadana, aseguró que ha escuchado “algunas expresiones desmesuradas, falsas, partidarizadas, manipuladas, que lamentablemente se reducen a una pobreza intelectual y a una miseria en el uso de argumentos políticos, en el fondo de un dictamen que debería ser el debate del año por su contenido. Lamentablemente, los diputados, sin estudiar, se dedican a descalificar, sin argumentos y sin elementos que pudieran elevar el nivel del debate”.

Monreal Ávila sostuvo que “no es cualquier cosa ni es una norma jurídica más que estamos modificando. Vean ustedes el tamaño de la reforma que nos plantea la presidenta Claudia Sheinbaum. Ningún otro presidente se atrevió a plantear una reforma de tal magnitud”.

En ese sentido, anotó que la adición al artículo 40, es la siguiente: Párrafo segundo: el pueblo de México, bajo ninguna circunstancia, aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía de la nación, tales como golpes de Estado, injerencias en elecciones o la violación del territorio mexicano, sea ésta por tierra, agua, mar o espacio aéreo.

Párrafo tercero: tampoco consentirá intervención en investigación o persecución sin la autorización y colaboración expresa del Estado mexicano, en el marco de las leyes aplicables.

“¿No es para ustedes una fraseología extraordinaria, sublime, que contenga para el futuro y prevea, en una visión de largo plazo, cualquier agresión, cualquier invasión, intromisión de gobiernos extranjeros, que por poderosos que sean, la presidenta Claudia Sheinbaum, con lucidez, plantea cómo incorporar a la Constitución un escudo de defensa futuro de cualquier nación agresiva, arrogante y prepotente?”, cuestionó Monreal Ávila.

Por ello, dijo que “no es la descalificación la que nos puede situar en un debate de altura. Debatamos esto, que es lo que está a discusión. Lo aceptas o no. Simple y sencillamente, porque el párrafo segundo y tercero del artículo 40 que pretendemos modificar no tiene parangón, no tiene antecedentes, no tiene precedente constitucional.

Recordó que el artículo 40 está plasmado en la Constitución desde 1824: es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república representativa, democrática, laica y federal, compuesta por estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interno y por la Ciudad de México, unidos en una Federación, establecida según los principios de esta ley fundamental.

“Y esta disposición, legisladores, tiene 200 años plasmada en la Constitución. Sólo en dos ocasiones se ha modificado. Una para incorporar el carácter laico de nuestra república y la otra para incorporar a la Ciudad de México atendiendo a su régimen interno.

“Estamos deliberando y discutiendo uno de los aspectos centrales del constitucionalismo mexicano, del pacto federal, del origen de la fundación de nuestra república que desde 1824 se previene en las Cartas Magnas.

“Salvo un episodio de triste recuerdo, la Constitución de 1836, la llamada Constitución de las Siete Leyes, que fue impuesta por el poder conservador y fue una Constitución que eliminó las legislaturas locales y dispuso de departamentos y evitó cualquier circunstancia federalista, creando el Supremo Poder Conservador, que declaraba incapaz a cualquiera de los Poderes y declaraba nula cualquier acción o acto de autoridad ejercida por ellos, y sólo era responsable este Supremo Poder Conservador ante Dios. De ese tamaño era la etapa oscura de 1836 a 1846.

“Salvo esta etapa, nosotros hemos recobrado el constitucionalismo mexicano y ahora se plasman dos párrafos que tienen por propósito, fíjense ustedes, profundizar y reforzar el carácter de soberanía y nacionalismo”.

Aseguró que “se deja a salvo de agresiones, invasiones o perturbaciones al territorio y a nuestra forma de gobierno. Se adelanta al futuro para que se evite cualquier circunstancia adversa a nuestra nación de tipo armado, golpe de Estado o con el simple carácter político de intromisión, esta reforma es un escudo a esas posibilidades de las que no estamos a salvo.

“Y se activa la norma fundamental obligatoria y de observancia general, en congruencia con la globalización que vivimos, y que no estamos exentos, como no lo hemos estado, a agresiones de países poderosos”.

Indicó que “de eso se trata la reforma, y de eso es lo que deberíamos discutir y no de insultos, agresiones, descalificaciones y ofensas. Este es el fondo del debate, y sobre esto debemos argumentar, deliberar y estar o no de acuerdo, pero no argumentar que se está en favor de un país soberano y agredir, violentar y votar en contra.

Monreal Ávila aseguró que no se puede entender el artículo 40 de la Constitución Política, sin el 39, referente a la soberanía del país. “Por eso, desde el 39, que está en 1824 y en la Constitución de Apatzingán se establece con toda claridad: la soberanía nacional reside esencial, y originalmente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar su forma de gobierno.

“Y ahora la presidenta Claudia Sheinbaum, que poco valoramos, se ha atrevido con valentía a proponer una reforma impresionante. Debimos haber sido los legisladores lo que la planteáramos, no lo hicimos nadie, ningún grupo parlamentario, ni ningún legislador. Fue la presidenta Claudia Sheinbaum, sobre la que estamos deliberando y discutiendo”, destacó.

Redacción