Madrid, 19 Jun (Notimex).- Es imposible predecir el desenlace de la crisis política, económica y social a la que el gobierno del presidente Nicolás Maduro ha llevado a Venezuela, pero una solución puede ser alcanzada con la intervención de Europa, América Latina y el Vaticano, consideró el historiador mexicano Enrique Krauze.
En un artículo para el diario estadunidense The New York Times publicado este fin de semana, el autor de libros como "Redentores: Ideas y poder en América Latina" consideró que la salida puede encontrarse en la denominada doctrina Betancourt, que debe su nombre al expresidente venezolano Rómulo Betancourt (1908-1981).
“Regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranicen con respaldo de las políticas totalitarias deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante la acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica internacional”, expresó Betancourt en 1959.
“En solidaridad con el bravo pueblo de Venezuela, la Unión Europea y los países principales de América Latina deben tender el `cordón sanitario´ -diplomático, financiero, comercial, político- al régimen forajido de Maduro, persuadir al Papa Francisco de ser más agresivo en este esfuerzo y presionar juntos a Raúl Castro para aceptar la salida democrática”, expuso Krauze.
El historiador detalló en su artículo para The New York Times que debe cesar la represión, debe haber elecciones inmediatas, respeto a las instituciones y libertad para los presos políticos.
“Nada cabe esperar de gobiernos dictatoriales: Rusia, China, Cuba, Corea del Norte. Tampoco de los serviles satélites de Maduro. En cuanto a Estados Unidos, quizá el expresidente Barack Obama hubiese logrado la intercesión cubana, pero tratándose del actual presidente Donald Trump, carente de toda legitimidad moral, sería mejor que en nada intervenga”, apuntó.
Según Krauze, editor de la revista mexicana Letras Libres, Rómulo Betancourt fue “el primer converso latinoamericano del comunismo a la democracia y, acaso, nuestro más esforzado demócrata del siglo anterior” y la doctrina que lleva su nombre puede ser la salida a la crisis en Venezuela.
Recordó que “vivir en los extremos de opresión y libertad ha sido el destino de Venezuela. Hace 200 años, en su guerra de independencia (las más larga del continente), los venezolanos se mataban entre sí con indecible ferocidad”.
“Pero extremas también, en su ambición e intensidad, fueron las hazañas de Simón Bolívar, libertador de futuras naciones (Ecuador, Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia). Y no menos notable fue su contemporáneo Andrés Bello, quizá el mayor pensador republicano del siglo XIX en América Latina”, refirió.
En la actualidad, la tensión continúa, “un amplio sector de la sociedad lleva meses volcado en las calles de todo el país reclamando su libertad y sus derechos confiscados por un régimen tiránico que la condena al hambre, la escasez, la desnutrición y la insalubridad”.
“Las miles de imágenes de la represión por parte de los contingentes de la Guardia Nacional que pueden verse en las redes sociales son estremecedoras: disparos a mansalva, emboscadas mortales, decenas de jóvenes asesinados, asaltos a ancianos, vejaciones a mujeres, tanques contra manifestantes”, denunció.
Este fin de semana, el número de muertos en las protestas se elevó a 71, en su mayoría jóvenes estudiantes descontentos con el régimen de Maduro.
“Un Tiananmén diario mientras Maduro baila salsa. No podemos esperar el desenlace de ese drama como esperamos el final de una serie de televisión: Venezuela necesita una solución sin precedentes”, enfatizó Krauze.
Destacó que “el balance de la destrucción económica y social es terrible, y tardará decenios en asimilarse: tras despilfarrar en 15 años cientos de billones de dólares de ingreso petrolero, el país más rico en reservas de América ha descendido a un nivel de pobreza de 80 por ciento y enfrenta una inflación estimada de 720 por ciento para 2017”.
Con información de: Notimex
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