A fin de desarrollar tratamientos y dispositivos de bajo costo que ayuden a mejorar la salud de la población más vulnerable, la UNAM instaló la Unidad de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET), en el Hospital General Doctor Manuel Gea González.
Actualmente, los universitarios trabajan en un suplemento alimenticio de origen vegetal para pacientes sometidos a cirugía bariátrica, en un estimulador electrónico neuronal que ayude a atender problemas gástricos, así como en el desarrollo de trocares para cirugías laparoscópicas, cuyos componentes pudieran ser reutilizables.
También, en un sistema para medir la presión en el esófago y estómago, y en uno de visión por computadora para analizar destrezas de médicos que realizan cirugías laparoscópicas.
Miguel Ángel Bañuelos, coordinador de la unidad, explicó que este centro constituye un puente de colaboración entre especialistas en ingeniería y física con médicos de alto nivel del hospital, a fin de contribuir a la solución de los problemas del país.
Este espacio se estableció a partir de un convenio entre la UNAM y el Hospital General Doctor Manuel Gea González, firmado en 2015, y en abril de 2017 se iniciaron las labores con el apoyo del director del hospital, Octavio Sierra Martínez. A esta unidad le antecede otra del CCADET, en el Hospital General de México.
Las investigadoras María Soledad Córdova e Isadora Martínez Arellano están a cargo del suplemento alimenticio para pacientes de cirugía posbariátrica, elaborado con harinas de cereales y leguminosas. Martínez –quien cuenta con apoyo de las cátedras Conacyt– comentó que este proyecto ha implicado el diseño del producto, procesamiento y pruebas de anaquel, sensoriales, de aceptación y tecnofuncionales.
Para los pacientes –con obesidad mórbida y que no responden a tratamientos comunes– es importante tener acceso a los suplementos y que sean de bajo costo, pues actualmente pueden requerir de hasta dos mil pesos a la semana para adquirirlos y mantener un buen estado nutricional. “Después de varias pruebas ya tenemos un primer producto que puede ser sometido a un protocolo clínico”, expuso Córdova, doctora en Biotecnología.
En tanto, Miguel Ángel Bañuelos explicó que a partir de la bioelectrónica desarrolla un neuroestimulador que ayudará a atender problemas gástricos y de estreñimiento crónico, los cuales además de generar fuertes dolores, son un riesgo para la salud, pues no permiten a los pacientes liberar bacterias y toxinas que generan infecciones.
Leopoldo Ruiz Huerta, quien forma parte del Laboratorio Nacional de Manufactura Aditiva Digitalización 3D y Tomografía Computarizada (MADiT), indicó que trabaja en trocares para cirugía laparoscópica, con componentes que puedan ser reutilizables. Estos dispositivos son los puertos de acceso para realizar las cirugías abdominales.
El Hospital General Manuel Gea González, agregó, se ha especializado en este tipo de cirugías y los trocares están directamente asociados a los costos de las mismas. “Al menos se requieren tres de ellos por cada cirugía, dependiendo de su especialización. La idea es trabajar en uno que pueda ser reutilizado en la mayoría de sus componentes”, expuso el investigador.
Alberto Caballero Ruiz, también adscrito al MADiT, labora en sistemas de medición de presión en dos estructuras del sistema gástrico –estómago y esófago–, que ayudarán en la atención de pacientes con disfagia –imposibilidad de tragar–, esófago de Barrett y esófago de cascanueces.
Finalmente, Alfonso Gastelum Strozzi desarrolla un sistema de visión por computadora para analizar destrezas de cirugía laparoscópica. Actualmente los médicos presentan un examen de habilidad que consiste en hacer amarres y nudos a contra reloj.
La ventaja de analizar sus habilidades por computadora permitirá conocer la velocidad de sus movimientos y contar con mayor información para tener una evaluación menos subjetiva de la capacidad del futuro cirujano, concluyó Bañuelos.
Con información de: UNAM
Imagen de: UNAM