Como cada año, estas fechas marcan el inicio de la temporada de huracanes en nuestro país y con ello, una serie de feómenos climatológicos que afectan muy gravemente la integridad física y las economías locales de las costas mexicanas.
Este 2019, el 1 de junio inició formalmente la temporada de huracanes en el océano atlántico y el pasado 15 de mayo inició en el pacífico mexicano, y a pesar de que la experiencia que han dejado huracanes debastadores en zonas urbanas y centros turísticos de nuestro país, el panorama para este 2019 no parece nada alentador.
Y es que la cuarta transformación que impulsa el Presidente Andrés Manuel López Obrador cuya bandera ha sido la austeridad republicana, trajo una serie de recortes presupuestales significativos en materia de salud, laboral e incluso forestal como pudimos observar en la pasada contingencia ambiental a causa de incendios que no pudieron ser combatidos, sin embargo, la serie de desastres que naturalmente traen los huracanes y tormentas tropicales en nuestro país apenas dará inicio.
De acuerdo a los datos oficiales a los que se puede acceder públicamente en la página de internet de la cámara de diputados, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) en su ejercicio fiscal 2019 señala una partida de 3,644,000,000 ( tres mil seiscientos cuarenta y cuatro millones de pesos) para ser ejercidos a través del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), lo que significa un 85% menos menos de presupuesto que el ejercicio del 2018.
Para el 2018, el PEF destinó 24 mil 644 millones de pesos para la atención de desastres naturales, sin embargo, para este 2019, el presupuesto apenas alcanza un 15% de ese total, es decir, 21 mil millones de pesos menos, por lo que poco se podrá hacer para la atención de emergencias no sólo en el caso de huracanes y tormentas tropicales, sino también de sismos, sequías o lluvias torrenciales como las que ya hemos podido constatar en el estado de Jalisco, Hidalgo o San Luis Potosí.