En México, las cirugías bariátricas que se realizan para tratar la obesidad y disminuir el peso corporal no resuelven al cien por ciento este problema; se requiere que el sistema de salud pública brinde a pacientes sometidos a este procedimiento quirúrgico, tratamientos nutricionales para un mejor cuidado y atención, indicó la diputada Marisol Vargas Bárcena (PAN).
La legisladora federal impulsa una iniciativa que se envió a la Comisión de Salud para reformar la Ley General en la materia, a fin de que la Secretaría del ramo tenga a su cargo promover entre los pacientes sometidos a estas cirugías, el conjunto de medios disponibles para su atención y prevención de deficiencias de nutrición.
Vargas Bárcena afirmó que la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes (ENPCSOD), implementada por el gobierno mexicano el 31 de octubre de 2013, “presenta deficiencias serias y no abona lo suficiente para atender cabalmente el problema de la obesidad y el sobrepeso que se vive en nuestro país”.
Precisó que de acuerdo con expertos, esta estrategia ubicó el problema del exceso de peso en el comportamiento del consumidor, cuando el origen es el sistema alimentario de los mexicanos. “El error ha sido no vincular los objetivos dirigidos a mejorar la salud con la nutrición de la población”.
La legisladora federal por Hidalgo enfatizó que con la ENPCSOD, el Poder Ejecutivo retomó medidas recomendadas por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); pero, “a cuatro años y medio de su lanzamiento, los resultados no son claros y pareciera que sólo fue un intento por acallar los pronunciamientos en el resto del mundo”.
Sostuvo que una de las críticas que se hacen a esta estrategia es que algunas de sus regulaciones fueron planteadas directamente por la industria que pretende ser regulada, y no por un grupo de expertos imparcial y libre de conflicto de intereses.
En este sentido, sustentó, la atención integral después de la cirugía bariátrica no ha sido considerada, a pesar de ser de la mayor importancia, por tratarse de la necesidad que tienen los pacientes de recibir apoyo para cubrir cabalmente sus requerimientos de vitaminas y minerales.
Esto resulta preocupante, acotó, si consideramos que en México no están disponibles las vitaminas bariátricas, diseñadas específicamente para las personas que han pasado por una práctica quirúrgica de este tipo y, por tanto, sólo pueden conseguirse en el mercado informal; ello trae consigo dos agravantes: el precio y la inseguridad sobre su procedencia.
Comentó que la situación que se presenta después de este tipo de procedimientos es que los pacientes deben modificar su estilo de vida y alimentarse de forma especial para que, al mismo tiempo que pierden el exceso de peso que les aqueja, recuperen su salud y disminuyan los riesgos de las enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad.
Con información de Cámara de Diputados