Si bien el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, encabeza las encuestas rumbo a la elección presidencial del 1 de julio, una derrota para el tabasqueño no puede descartarse, asegura The Wall Street Journal.
En el artículo "La elección de México está en juego", el diario apunta que aunque lleve 10 puntos de ventaja, muchos mexicanos aún tienen la esperanza de que sea derrotado.
Agrega que estás personas tienen sus razones, ya que en las contiendas presidenciales anteriores, López Obrador se ha ganado una reputación de mal perdedor.
"Si esta vez es derrotado, después de que a sus seguidores se les dijo que ya tenía un pie en la presidencia, no reaccionaría bien. Incluso el diario español El País, que en un análisis del 3 de junio asignó una alta probabilidad de victoria para AMLO, admitió que no está garantizada", refiere.
The Wall Street Journal señal que queda mucha incertidumbre y que un problema que tienen los encuestadores para tener una idea clara de las preferencias del electorado es la gran cantidad de hogares mexicanos que se niegan a participar en ellas.
Agregando el voto indeciso, que ocupa al menos un 10 por ciento en la mayoría de las encuestas y por encima del 30 por ciento en algunas; al asignar votos indecisos a los candidatos de forma proporcional, algunos encuestadores pueden estar distorsionando la imagen, indica.
Señala que los partidarios de López Obrador son una base dura y es poco probable que sean indecisos, mientras que muchos oponentes planean apoyar a quien parezca capaz de vencer al "demagogo de izquierda".
Refiere además que muchos mexicanos pueden estar indecisos, pero no están contemplando votar por López Obrador y esto debido a su estilo autoritario.
"Las probabilidades hoy favorecen a AMLO. Pero el voto que hizo a Donald Trump presidente de Estados Unidos, el Brexit y el referéndum colombiano sobre el acuerdo entre el presidente Juan Manuel Santos con el grupos terrorista de las FARC sorprendió a todos los encuestadores. Una derrota de AMLO no puede descartarse", asegura.
Resalta que López Obrador está lejos de ser el antídoto contra la corrupción, ya que su propio historial está manchado, y tiene dificultades para transparentarlo.
Por ejemplo, agrega, la construcción del segundo piso en la Ciudad de México, cuando fue jefe de Gobierno de 2000 a 2005, cuando se dieron muchos contratos sin licitación.
Con información de: NOTIMEX