La memoria funciona como un archivador.
Si lo acostumbramos a utilizar reglas nemotécnicas le costará mucho menos agilizar el proceso de encontrar lo que está buscando.
Así, utilizar asociaciones que nos resulten cómodas con conceptos que queremos aprender ha resultado ser una excelente estrategia para acostumbrar a nuestra memoria a que recupere con rapidez lo que hemos aprendido.
Asociar los números con palabras que rimen podría ser el ejemplo más básico (uno-zumo; dos-tos, etc).
Esta clase de trucos, según han demostrado varios estudios publicados en la revista Neuron, ponen en funcionamiento varias zonas del cerebro distintas del hipocampo, como la corteza perirrinal que tiene un papel clave en el reconocimiento visual
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