Cada vez es más común que las mascotas lleven un microchip para poder ser localizadas en caso de que se extravíen y en otros casos, empresarios lo hacen por razones de seguridad. Pero en Suecia, ya se ha asociado el concepto de microchips para humanos.
Se trata de un dispositivo muy pequeño que almacena datos personales, como factor y grupo sanguíneo, información de contacto, historial médico, y más información del ciudadano.
La iniciativa ha propuesto que la información que se incorpora digitalmente a este artefacto, provee de otros beneficios a quienes lo utilizan.
En dicho país nórdico estos dispositivos funcionan para abrir puertas, operar una impresora y realizar compras. El procedimiento de intercambio es simple; uno pasa la mano rápido frente a un lector y se completa la transacción.
Los que apoyan la idea dicen que no tiene miedos a hackeos, ya que los beneficio serían mayores. Pero los que defienden la privacidad de la información, señalan que se sacrificará la autonomía en pro de la comodidad.