Una nave espacial que fue construida por la empresa privada estadounidense, SpaceX, se alejó el fin de semana pasado de la tierra con dos estadounidenses a bordo que llegaron exitosamente a la Estación Espacial Internacional, marcando así el inicio de una nueva era sobre los viajes espaciales privados y comerciales.
Doug Hurley y Bob Behnken, de la NASA, despegaron a las 3:22 de la tarde a bordo de una cápsula Dragon color blanco y negro con forma de bala, montada en un cohete Falcon 9. El suceso fue también novedoso debido a que desde hace una década no se realizaban lanzamientos desde territorio estadounidense.
Encendamos esta vela, dijo Hurley poco antes de la ignición, utilizando las palabras que pronunció Alan Shepard en el primer vuelo espacial estadunidense tripulado por humanos, en 1961.
Los dos astronautas llegaron ayer a la Estación Espacial Internacional, que se localiza a unos 435 kilómetros (250 millas) sobre la Tierra, para sumarse a tres miembros de la tripulación que ya se encuentran allá.
Tras cuatro meses de trabajo y una estadía diferente por la forma en que llegaron, los dos astronautas regresarán a la tierra gracias a un Amerizaje, que no ocurre desde 1970.
Quizás haya una oportunidad aquí para que Estados Unidos haga una pausa, mire hacia arriba y disfrute de un momento brillante y resplandeciente de esperanza sobre cómo se ve el futuro, de que el país puede hacer cosas extraordinarias incluso en momentos difíciles, dijo el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, antes de la operación.