Se ha revelado uno de los mayores escándalos de espionaje puestos en marcha por la CIA: la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, que permaneció leyendo las comunicaciones cifradas de sus propios aliados y enemigos por décadas.
Lo anterior fue revelado a través de un extenso reportaje publicado por The Washington Post en el que se explica como la CIA ha espiado durante más de medio siglo los secretos de los gobiernos de todo el mundo, tanto como de sus diplomáticos, soldados y espías.
El citado diario estadounidense menciona que la Agencia ha llevado a cabo este espionaje a través de Crypto AG, una compañía suiza que, tras construir máquinas para encriptar las comunicaciones durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en el principal fabricante de dispositivos de cifrado durante décadas, pasando de los dispositivos de engranajes mecánicos al software hasta llegar al software.
Se sabe ahora que entre los clientes de Crypto AG se encuentran más de 120 países, incluidos Irán, India, Pakistán, el Vaticano o países de América Latina. Sin embargo el gran secreto es que la compañía era propiedad de la CIA y del Servicio Federal de Inteligencia de Alemania Occidental, el BND, que manipularon los dispositivos de cifrado para poder espiar las comunicaciones de los clientes de la empresa.
Este trabajo de colaboración entre las dos agencias de inteligencia se mantuvo por décadas y se trata de uno de los secretos mejor guardados de la Guerra Fría, y ahora salió a la luz gracias al trabajo entre The Washington Post y de ZDF, una emisora pública alemana.
Ambos medios de comunicación han tenido acceso a los informes clasificados de la operación, conocida al principio con el nombre en clave Thesaurus y luego como Rubicon. Además, también se han entrevistado con funcionarios de inteligencia y empleados de Crypto que aceptaron dar información bajo condición de anonimato.
Espionaje casi perfecto
La verdadera intervención en las actividades de Crypto AG por parte de la CIA y el BND arrancó a partir de la década de los 70, momento en el que empezaron a controlar todas sus operaciones y a espiar las comunicaciones secretas de cada uno de sus clientes.
No obstante, algunos países nunca confiaron en Crypto AG, entre ellos los principales adversarios de Estados Unidos, como la Unión Soviética y China. Debido que nunca fueron clientes de la compañía, sus comunicaciones quedaron a salvo de esta operación de espionaje.
El servicio de inteligencia alemán abandonó la operación a principios de los 90, puesto que consideró que entrañaba demasiados riesgos, pero la CIA continuó con el espionaje hasta 2018, momento en el que la Agencia vendió sus activos de Crypto AG, en un momento en el que su importancia en el mercado de la seguridad global ya no era tan importante.