Los yorkshire terrier Boo y Pistol, perros de Johnny Depp, podrían ser sacrificados debido a que cuando aterrizaron en Australia (viajaron a bordo del jet privado del actor), se saltaron las estrictas normas fronterizas australianas que obligan a tener un permiso especial para las mascotas y a pasar al menos diez días en cuarentena.
Las autoridades australianas lo descubrieron cuando uno de sus empleados de Depp fue fotografiado llevando a los perros a una peluquería canina de la ciudad de Gold Coast, cerca de donde el actor trabaja en la quinta entrega de la saga Piratas del Caribe.
El Ministerio de Agricultura se puso en contacto con Depp el miércoles y le comunicó que tiene hasta el próximo sábado 16 de mayo para sacar a sus mascotas del país. De lo contrario, serán sacrificados.
“Si comenzamos a dejar que las estrellas de cine -aunque hayan sido declarados el hombre más sexy del mundo dos veces- entren en nuestro país con mascotas, entonces ¿por qué no nos saltamos las leyes para todo el mundo?”, se preguntó ante la prensa el ministro de Agricultura, Barnaby Joyce.
“Es hora de que Pistol y Boo se larguen a Estados Unidos”, exclamó, y añadió que “ahora el señor Depp deberá devolver a sus perros a California o tendremos que sacrificarlos”.
Joyce dijo que su ministerio no emprenderá acciones legales contra Depp, pero reiteró que sus perros serán sacrificados si no salen del país.
“Después de esto, no espero que me inviten al estreno de Piratas del Caribe”, admitió.
Las amenazas del gobierno australiano levantaron una oleada de solidaridad –y de hilaridad- en las redes sociales.
Una campaña en la plataforma Change.org ha recogido ya más de 3 mil 700 firmas para pedir al Gobierno que indulte a Boo y a Pistol.
Cuando faltan un día y menos de 16 horas para que el gobierno australiano sacrifique a Boo y a Pistol, Depp y sus representantes guardan silencio sobre si desafiarán a las autoridades o devolverán los perros a California.