La Iglesia lo certificó como milagro contrastado y hasta un notario dio fe de ello: un joven había recuperado la pierna tras un reparador –y milagroso sueño–, dos años y medio después de que hubieran tenido que amputársela tras sufrir un fatal accidente.
Ocurrió hace 375 años en Calanda (Teruel) y cada año se rememora solemnemente como día grande de esta localidad, con presencia de autoridades. Este lunes volvió a cumplirse con la tradición y la calandina iglesia de la Virgen del Pilar volvió a llenarse de fieles para conmemorar el milagro.
La historia se remonta al año 1637. El protagonista, un joven calandino de 19 años, Miguel Juan Pellicer. Natural de Calanda, vivía en ese momento en Castellón, trabajando para un tío suyo. Un día sufrió un accidente con el carro, le aplastó la pierna derecha.
Tras permanecer unas semanas en un hospital de Valencia, reclamó que le llevaran a Zaragoza. En la capital aragonesa, el cirujano Juan Estanga le amputó la pierna por debajo de la rodilla y los documentos de la época dan cuenta incluso de quién se encargó de enterrar la malograda extremidad, el practicante Juan Lorenzo García.
Con permiso del Cabildo de Zaragoza, el joven pasó a tener la condición de mendigo. Durante meses permaneció viviendo de las limosnas en la capital aragonesa, hasta que un día decidió marchar a Calanda. Allí, en casa de sus padres, tras un reparador y milagroso sueño despertó con sus dos piernas. Cuenta la tradición que fue su madre la primera que se percató del milagro.
La pierna le había vuelto a salir dos años y medio después, el 29 de marzo de 1640 y, según los relatos de la época, el joven contó que había soñado con la Virgen del Pilar trayéndole de nuevo la pierna.
El milagro acabó certificado por la Ilgeisa Católica el 27 de abril de 1641 y, a raíz de él, Calanda cambió de santo patrón: hasta entonces era San Miguel, pero optaron por relegarlo y dedicar el patronazgo del pueblo a la Virgen del Pilar, a la que se dedicó la iglesia. Fue levantada en 1644 junto a la casa del joven protagonista de un milagro del que se conserva una extensa documentación, el expediente completo incoado por el Arzobispado, con las declaraciones de 25 testigos.
Información de: ABC
Imagen de: ABC