Desde tiempos milenarios existen diferentes congregaciones o grupo selectivos de personas afines a algún tema como religiosos, logias y hermandades. En la era digital estos grupos claramente no desaparecieron sino se adaptaron a las redes sociales.
Facebook, la red social con más usuarios en el mundo, sin duda es el lugar donde más fácil es lograr expandirse en el mundo de lo digital, aunque para muchos otra herramienta que ha tomado fuerza para el esparcimiento de dichos grupos selectivos es WhatsApp, la aplicación de mensajería que ya cuenta con más de 1.000 millones de usuarios activos.
Sin embargo, los grupos suelen ser ‘masivos’ es decir si usted se une a alguno, en su información personal aparecerá públicamente, o simplemente aparecerá como sugerencia para alguno de sus amigos. Lugar donde evidentemente no pueden surgir estos grupos secretos.
Para ello cualquier usuario puede elegir entre las tres opciones que brinda Facebook a la hora de crear un nuevo grupo: abiertos, cerrados o secretos. Los abiertos son de los que hablamos en el párrafo anterior, los cerrados hace falta pedir admisión para ser parte de él. Pero este último, permite que nadie lo vea, que nadie pueda solicitar su entrada y mucho menos poder ser encontrado a través del buscador.
Solo se puede pertenecer a él o saber de su existencia si usted es invitado por algún usuario que ya esté dentro del grupo, y además la admisión pasa necesariamente por el filtro del administrador. Estos grupos han generado desconcierto para muchos usuarios y analistas pues se desconoce para qué se usan, lo que se establece como ‘el lado oculto de Facebook’, grupos clandestinos que se mueven en la profundidad de la red social.