Una imagen de película: siete perros se adentran en el mar y caminan sobre el agua arrastrando un trineo. El primer pensamiento es que esto no es real. Pero no. Es junio de 2019 en Groenlandia.
La imagen que circula viralmente+ en redes sociales por Rasmus Tonboe y tomada por el investigador de cambio climático Steffen M. Olsen refleja a la perfección los efectos de la crisis climática que afecta al planeta. En este caso, en la parte superior del globo terráqueo.
Esta es la primera vez en la historia desde que se tienen datos en que el deshielo en Groenlandia supera unos niveles tan altos antes de la llegada del verano, según revela la información del National Snow & Ice Data Center (NSIDC).
El calentamiento en los polos pone en riesgo, además, la supervivencia del permafrost, es decir, de la capa del terreno que ha permanecido siempre congelada. Un posible deshielo de esta capa signifcaría la liberación de importantes cantidades de CO2, procedentes de la descomposición de plantas muertas atrapadas en el hielo, una vez salieran a la superficie.
De ocurrir, los científicos calculan que se liberarían 1.500 millones de toneladas anuales de CO2 adicionales. Esto representa el equivalente a las emisiones de carbono procedentes de combustibles fósiles liberadas por Estados Unidos en todo un año.