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Miércoles, 26 Agosto 2015 07:36

Y su popularidad sigue en aumento.

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Durante la Edad Media, el comportamiento de las sociedades del mundo occidental era dictado por la Iglesia, los religiosos impusieron muchas de las reglas que se extendieron y perpetuaron hasta finales del siglo pasado. Incluso muchas de esas costumbres como el matrimonio, la educación de los hijos y la orientación sexual estaba dictada por los grandes jerarcas de las diferentes iglesias del mundo.

A mediados de la década de los 90s del siglo XX, estás reglas desgastadas se empezaron a ver superadas por un nuevo tipo de comportamiento dictado por los medios de comunicación, y la sociedad empezó a cambiar de manera estrepitosa, las reglas impuestas por la iglesia eran cuestionadas, el matrimonio y la homosexualidad empezaron a verse de otra manera, ya no bastaba hacer lo correcto, ahora, había que ser políticamente correctos. Eso se convirtió en lo más importante.

Ser políticamente correcto se convirtió en lo ideal, y ser políticamente incorrecto se convirtió en motivo para ser condenado por los medios de comunicación y la sociedad que exhibe a quienes no concuerdan con esa actitud.

Toda esta introducción tiene que ver con lo que está pasando en el país vecino, un hombre al que los medios de comunicación han calificado como desquiciado tiene grandes posibilidades de convertirse en el próximo presidente de la nación más poderosa del mundo, su nombre: Donald Trump.

Trump, a quien en un principio los propios medios de su país veían sin posibilidades reales de ser presidente hoy no entienden que está pasando, ¿Por qué las preferencias electorales le empiezan a favorecer, sobre todo después de sus declaraciones misóginas?

La respuesta es simple, Trump es la clásica historia del hombre que forjo su patrimonio de la nada y además, tiene un gran extra, es un hombre de medios acostumbrado a darle a la audiencia lo que quieren, y Trump sabe que una muy buena parte del electorado no expresa abiertamente lo que piensa por no ser políticamente correcto. Esa es la ventaja de Trump y quizás sean un horrible espejo de lo que está pasando con la sociedad Norteamericana.

Mientras por una parte vemos como los titulares de noticieros y cadenas de televisión se enfrentan a Trump por sus declaraciones contra los mexicanos y que los medios no se esperaban, Trump no perdió puntos en las preferencias electorales, incluso, después del debate en el cual fue calificado de misógino el magnate empezó a despuntar y ahora se perfila como un serio aspirante a la Casa Blanca, ahora existen encuesta que lo ponen dos puntos arriba de Clinton.

La popularidad de Trump sigue en aumento y en este fin de semana logro reunir a 20 000 personas demostrando que poco a poco se va posicionando ante el grueso de la población que está encontrando en él una opción con la cual realmente se sienten reflejados.

Trump no es políticamente correcto, como muchos que no se atreven a decirlo abiertamente.

Y aunque los medios nacionales han hecho un escándalo sobre el comportamiento del magnate, y sobre todo después de haber sacado de su conferencia de prensa a un Jorge Ramos al que el candidato le pidió que ocupara su asiento y esperara su turno, Ramos prefirió seguir encarando Trump y fue sacado de la sala de prensa. Y aunque los medios latinos y en especial los medios mexicanos esperan que Trump pierda puntos en las preferencias electorales, es muy probable que esos deseos no se vean reflejados y los medios especializados no terminen de entender que el fenómeno de Trump va más allá de lo que ellos han dicho: la sociedad está harta más de lo mismo.

En realidad Trump representa a los que no son políticamente correctos, además de los radicales que no se veían representados desde hace mucho tiempo, esos sectores que no ven en lo políticamente correcto un beneficio social y si, un daño a la sociedad en las últimas décadas. Trump efectivamente es diferente, es un hombre de medios que sabe lo que sus seguidores quieren y muy probablemente, el acto de sacar a Ramos sea visto como una acción correcta ante su comportamiento, más que un acto de censura, desprecio o racismo por parte del magnate.

Es en este momento cuando muchos empezaran a atacar a Trump de mil maneras y lo harán fuerte, harán mucho ruido por sus acciones y el magnate recibirá mucha publicidad a esas ideas y expresiones que les molestan, llegaran a los simpatizantes del candidato que ya lo apoyan y lo peor, llevaran esas ideas a más personas que se sentirán identificadas con ellas, Trump se sabe mover en los medios y estos han caído en su juego.

 

 

Imagen de: Archivo Google

Nopal Encabronado

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