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Viernes, 21 Julio 2017 09:48

Venir de atrás

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Aquella mañana que el coordinador de la fracción priista en el Senado de la República, Emilio Gamboa Patrón, le pidió al poblano Ricardo Urzúa que se sentará en un escaño junto al suyo se definió una precandidatura priista al gobierno de Puebla con posibilidades de competir y en una de esas recuperar Casa Puebla para el tricolor.

 

Empresario exitoso, político leal al PRI que ha escalado gracias a sus relaciones personales y el conocimiento de los factores de poder nacionales y locales -ha sido diputado local, federal y senador de la República-, el serrano aceptó el uno de junio al inaugurar una exposición de distribuidores y proveedores de bienes para gasolineras que tiene aspiraciones legítimas a ser candidato a gobernador.

 

Un detalle lo pinta de cuerpo entero: no está obsesionado por ser el candidato y si comprometido a respaldar al que nomine su partido, sin importar quién sea.

 

Ricardo Urzúa acepta que es un político regional, su trabajo en la Sierra Norte de Puebla lo ubica como un factor indispensable para que el Revolucionario Institucional gane elecciones en esa región de la entidad. Los dirigentes partidistas lo consultan en los últimos años y más que generar un cacicazgo, como ocurría en el pasado, impulsa jóvenes, mujeres y políticos locales para ocupar puestos de elección popular.

 

El senador de la República llegó por ser el suplente del actual procurador General de la República, Raúl Cervantes Andrade. Desde ahí ha consolidado sus relaciones personales y vínculos con los factores de poder priista.

 

En su momento respaldado por el arzobispo Antonio Chedraui, inició desde muy joven una exitosa carrera empresarial donde la renta de aeronaves es uno las áreas que más trabaja y servicios de los que hacen uso políticos, gobernadores y funcionarios de distintos partidos políticos.

 

Es uno de los pocos políticos poblanos que puede habar de la buena relación personal con los ex gobernadores priistas vivos.

 

A Guillermo Jiménez Morales y a Mariano Piña Olaya los conoció desde su infancia porque su padre fue superintendente de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, era amigo de ellos y en diversas ocasiones fue su anfitrión en la Mesa de Necaxa donde vivían los Urzúa.

Trabajó y vendió servicios a Manuel Bartlett, Melquiades Morales y Mario Marín, de algunos es su compadre de grado y su amigo personal dentro y fuera de sus gobiernos.

 

Con Rafael Moreno Valle guarda una relación institucional que nunca generó conflictos pues no se vieron en la necesidad de competir y cuenta con amigos personales influyentes en el morenovallismo, como Fernando Morales.

 

Sus relaciones personales son buenas con políticos como Juan Carlos Lastiri, Enrique Doger, Blanca Alcalá, Lucero Saldaña, Javier López Zavala, Víctor Giorgana y Jorge Estefan, todos de alguna manera son aspirantes o tienen posibilidades de ser postulados como candidato al gobierno de Puebla en 2018.

 

Ha platicado con ellos y establecido pactos de no agresión y en todo caso de respaldo si alguno resulta candidato y ante los cuales sólo pide el mismo respeto y solidaridad si le correspondiera a él la nominación.

 

Hasta ahora, la respuesta de todos ha sido positiva ya sea porque ven lejanas las posibilidades del senador y un apoyo como el de Urzúa es importante para cualquier campaña política.

 

Su buena posición económica es un factor que juega a su favor y es uno de los argumentos que más vale para el PRI nacional, sin importar por ahora quien sea el candidato presidencial.

 

El próximo año van a elecciones federales y en 9 estados de la República renovarán gobernador, no habrá presupuesto que alcance para apoyar como lo hicieron con su candidato al Estado de México este año.

 

En eso Urzúa tiene la ventaja sobre sus competidores del PRI, no porque tenga una mayor capacidad económica sino porque en el pasado ha demostrado que está dispuesto a invertir en su partido sin regateos ni condiciones.

 

Por ahora es uno más de los aspirantes a ser candidato priista a gobernador y como los demás reconoce que el escenario no es el mejor y sólo con unidad pueden dar la batalla, que no dieron, por ejemplo, Javier López Zavala en 2010 y seis años después Blanca Alcalá.

 

El senador asume que es quien puede construir esa unidad priista indispensable para competir primero y después para ganar.

 

Sabe que entre sus debilidades no es el más conocido por los electores, pero en estos tiempos ser demasiado conocido es también un riesgo porque aumentan las percepciones negativas y los votos en contra.

 

Ricardo Urzúa está más que apuntado para ser candidato a gobernador.

 

Sabe que viene de atrás y puede ser la sorpresa para los priistas.

 

A finales de año se sabrá si lo consigue.

 

De las anécdotas que se cuentan

 

Era el primer año del gobierno de Guillermo Jiménez Morales y su representante en la Ciudad de México, el abogado Mariano Piña Olaya, lo acompañaba.

 

Estuvieron de gira el fin de semana en la Sierra Norte.

 

Muy temprano el lunes, el laboralista buscó una línea telefónica.

 

Tocó y pidió que le permitieran llamar en la casa que fuera la del Superintendencia de Luz y Fuerza del Centro.

 

Le abrió el joven de secundaria Ricardo Urzúa, quien escuchó la petición y dudó porque tenía instrucciones de su padre de no usar el teléfono por ser un servicio caro y sólo disponible para temas oficiales.

 

Con miedo accedió y prestó el aparato de disco a Piña Olaya.

 

Éste se comunicó a la Ciudad de México y pidió que le enviaran dos helicópteros, debía regresar esa misma mañana.

 

El joven Urzúa, para sus adentros, dudó que le cumplieran la solicitud.

 

Sonrío.

 

Para su sorpresa una hora después llegaban las aeronaves a la Mesa de Necaxa.

 

Ahí estaban los helicópteros oficiales que pidió Piña Olaya, fue una sorpresa la influencia del abogado que se presentaba como un simple funcionario del gobernador.

 

Un año después, don Mariano fue nominado candidato a diputado federal por el distrito con cabecera en Huauchinango y cinco años después el gobernador de Puebla.

 

Urzúa confirmo desde entonces que dos temas eran su pasión: los helicópteros y la política.

 

Ahora, en ambas se desempeña con éxito.

 

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