Muslos eternos, muslos que entregan un camino perfecto, salvaje.
La noche es de nosotros, y nos entrega una invocación poderosa;
A perdernos en un túnel de ilimitadas sensaciones.
¡Ah, que indecisión la mía! Vengarme de ti y de tu cuerpo de miel
O amarte y prenderme de tu pubis ardiente, persistente y noble.
Sed eterna, dolor infinito, camino eterno, sin límite.
Llama mortal que llena el deseo irracional de ver destruidas
Las raíces que atan mi alma con la tuya.
Sed eterna de venganza que se alimenta de flores,
Tristeza y mensajes nunca respondidos.
Este deseo gira en torno a ti,
Y crece en grandes raíces desde lo profundo de mi alma,
Y se asoman al exterior como rayos de sol detrás de una gran nube.
Voy a disfrutar de ese glorioso momento, lo haré sin prisas,
Lentamente, sin reparos, saboreando cada pequeño roce de tu piel.
Dicen que la venganza nunca debe de aparecer en los corazones de los enamorados,
El corazón no descansa, pero créeme, después de esta noche tu tampoco lo harás.
Recordarás mis labios rezando tu nombre, el mismo reloj te recordara todos los días
La hora en que deje tu cama, de verdad será un día muy largo, para ti.
Se que te voy a extrañar, debo de admitirlo, y me sentiré culpable,
Mis pulmones ya no se inundarán con tu aroma.Pero no daré marcha atrás,
Mis besos no andarán más en tu boca húmeda,
Tu voz misteriosa que alguna vez me hablo de amor,
No resonara más en mis tímpanos.
¡Oh dulce venganza mía!
Vienes a dictar un adiós en este corazón tempestuoso.
Y con un viento helado, das comienzo a una orquesta divina de guerra y paz.