El uso indiscriminado de plaguicidas en los cultivos afecta a los mecanismos de defensa de los seres humanos, aseguró el doctor en inmunología Manuel Iván Girón Pérez.
El investigador del Centro Nayarita de Innovación y Transferencia de Tecnología (Cenit2) de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), advirtió sobre los efectos negativos a la población que tienen un contacto cercano con dichas sustancias.
“Si bien están diseñados para las plagas, no son específicos, también afectan la fauna y a los propios humanos que están expuestos”, mencionó el investigador en una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
La investigación financiada por el Fondo de Investigación Básica Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Conacyt pretende clarificar los mecanismos que regulan el sistema inmunológico y cómo los plaguicidas afectan la funcionalidad de sus células.
“Están diseñados para alterar el sistema nervioso de los organismos, en este caso investigamos los plaguicidas organofosforados, que tienen como molécula blanco un neurotransmisor que se llama acetilcolina, el cual genera impulsos nerviosos descontrolados en los organismos y mueren”, detalló Girón Pérez.
Para el estudio se utilizó como modelo biológico al pez de la especie tilapia nilótica (Oreochromis niloticus), debido a su semejanza con los mecanismos de defensa de los seres humanos.
“Utilizamos la tilapia porque es un vertebrado al igual que los humanos, incluso, los peces son los primeros vertebrados que aparecieron en el planeta; sin embargo, tienen un sistema inmunológico con muchas características iguales” puntualizó.
El investigador detalló que los linfocitos son las células más características en la respuesta inmune y los responsables de la memoria inmunológica que protegen al ser humano de infecciones de tipo viral o parasitaria que pueden ocasionar la muerte.
“Cuando no funcionan los linfocitos sucede un fenómeno que se denomina inmunosupresión, esto es, nuestros linfocitos pierden la capacidad de producir anticuerpos, otras moléculas y de dividirse”, dijo el investigador, quien añadió que los linfocitos sirven para recibir señales del sistema nervioso como en el caso de la fiebre.
“Detectan, por ejemplo, un virus, y en respuesta producen una molécula que se llama interleucina-1, la cual actúa sobre el centro termorregulador del cerebro y este envía señales para que la temperatura en el cuerpo aumente”, expuso.
La investigación en la tilapia pretende encontrar variantes del sistema inmunológico a través de los años, señaló Girón Pérez.
“Los peces aparecieron en el planeta hace aproximadamente 500 millones de años, por ello este proyecto permitirá conocer cuáles componentes moleculares y celulares se han conservado y cuáles han evolucionado”, agregó.
De este modo se estudia la afectación de los plaguicidas organofosforados al sistema inmune por medio de la alteración del sistema colinérgico, es decir, de la comunicación celular, un mecanismo que permite su funcionalidad.
“Anteriormente se pensaba que dicho sistema era exclusivo de las neuronas, ahora se conoce que las células del sistema inmunológico también lo presentan y que, además, tienen todos los mecanismos para comunicarse molecularmente con las neuronas”, comentó el científico.
El equipo de investigadores evalúa la relación entre los plaguicidas y ciertos receptores sobre la superficie de la célula, así como la producción de moléculas relacionadas con el sistema nervioso en linfocitos y ciertas funciones celulares.
El investigador recordó que para el buen funcionamiento de las células se requiere la participación de calcio (Ca), “lo que estamos midiendo son esos parámetros en un organismo que está expuesto a los plaguicidas”.
Se espera que los resultados de estos estudios puedan aportar conocimiento y alertar a la sociedad sobre más daños a la salud por el uso indiscriminado de los plaguicidas, así como sus efectos nocivos en los organismos.
Información:Notimex