Las del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra la fabricación de automotores fuera de su país, no son baladronadas, sus amenazas se cumplirán tarde o temprano y entidades como Puebla, cuya economía tiene como pilar la industria automotriz, debe prepararse para esos tiempos que no serán fáciles.
Ayer, Trump confirmó que hay luz verde de la Casa Blanca a que se relajen las normas ambientales sobre combustibles, y prometió al sector automotriz eliminar todas las regulaciones que afecten su productividad. El anuncio lo hizo durante su reunión en Detroit con líderes de las principales compañías de la industria. La información de la agencia EFE explicó: “La visita de Trump al corazón del sector del automóvil estadounidense coincidió con el anuncio de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de que revisará su decisión de mantener estrictos estándares de emisiones y consumo de combustible, una de las principales demandas de los fabricantes”. La medida supone cancelar una de las últimas decisiones del presidente, Barack Obama.
El pasado 12 de enero, la administración de Obama decidió mantener exigentes estándares de emisiones y consumo para los vehículos que se producirán entre 2022 y 2025 y la decisión rompió el compromiso acordado entre Washington y los fabricantes de automóviles de revisar en 2018 los estándares.
Esto implica que en su momento la alemana Volkswagen no hubiese tenido consecuencias millonarias por amañar los programas de sus coches para que dieran la impresión de cumplir con las normas ambientales de Estados Unidos.
El 20 de septiembre de 2015, la empresa reconoció: “efectivamente, hubo manipulación del software empleado”. El presidente ejecutivo de Volkswagen, Martin Winterkorn, pidió disculpas por el escándalo poco antes, pero sin confirmar las acusaciones. “Lamento profundamente que hayamos defraudado la confianza de nuestros clientes y a la opinión pública”, dijo el máximo directivo en un comunicado emitido en la sede alemana de Wolfsburg.
“La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) acusó a Volkswagen de haber colocado en sus vehículos un software para eludir estándares ambientales y ordenó llamar a revisión casi medio millón de autos de motor diésel en California”.
Hasta ahora Volkswagen, pilar de la economía poblana, ha enfrentado multas por mil millones de dólares y demandas civiles por aproximadamente 482 mil autos de las marcas VW y Audi vendidos en Estados Unidos desde 2009, algunos de ellos producidos en Puebla.
Ahora con Trump que insiste en atraer la instalación de fábricas de automotores a Estados Unidos esa historia cambiará, siempre y cuando las unidades sean producidas en ese país. Resulta que las armadoras, no sólo la alemana, tienen problemas para cumplir las exigencias de las actuales reglas anticontaminantes, han protestado que los estándares son demasiado exigentes y suponen la necesidad de invertir miles de millones de dólares para cumplir las regulaciones, por lo que pidieron que Washington relaje la normativa y el anuncio presidencial va en ese sentido. Trump dejó claro en Detroit que su intención es facilitar al máximo la vida a los fabricantes de automóviles para que generen más empleos en su país. Fue más allá cuando les dijo: “Se ha acabado el asalto al sector automotriz estadounidense”.
Lo escucharon empleados y directivos del sector del automóvil en un ambiente similar a los mítines de su campaña presidencial. Trump, quien antes de su discurso participó en una reunión con los líderes de General Motors, Fiat Chrysler, Ford, Hyundai, Mercedes-Benz, Volvo, Toyota, Nissan, Honda, Kia y Volkswagen, anunció que eliminará todas las normativas que dificultan la producción de vehículos lo que en su momento deberá tener una respuesta del gobierno mexicano, hay que recordar que el estadounidense no acepta el fenómeno del Cambio Climático y por ende no le interesa respetar medidas que contribuyan al cuidado del medio ambiente.
Trump dijo que no hay una vista más bonita que la de un automóvil hecho en Estados Unidos. Por lo tanto solicitó a los fabricantes que se unan a su nueva revolución industrial, basada en el principio de eliminar cargas a las compañías a cambio de que contraten y crezcan ahí.
Criticó los acuerdos comerciales firmados por anteriores Presidentes e insistió que éstos le han robado puestos de trabajo a su país. “Se va a acabar”, amenazó a sus actuales socios el Trump pendenciero que conocemos.
Se manifestó en contra de los políticos estadounidenses que defendieron los déficit creados por los acuerdos de libre comercio con la excusa de que crearon amigos. “No quiero amigos en el extranjero si eso es lo que nos va a costar. No necesitamos amigos en el extranjero para eso”, insistió el amenazante Trump.
Es tiempo de que las autoridades mexicanas y poblanas tomen en cuenta que estos discursos se pueden convertir en realidad y ello afectará, como sucedió con la crisis de VW en 2016 con la baja de ventas en el mercado estadunidense, las economías nacional y estatal con consecuencias para miles de familias que tienen ingresos por la industria automotriz.
El futuro no es el mejor para los mexicanos con un Trump empecinado en cumplir sus amenazas.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Twitter @fercrisanto
Facebook: Fernando Alberto Crisanto
Imagen de: Archivo google