Detrás de los trastornos alimenticios hay miedo a ser adulto, afirmó la psicóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Esmeralda Yelisse García Ortega.
Aseveró que la depresión severa que puede conducir a tentativas suicidas, así como vulnerabilidad para caer en el uso de drogas y otras alteraciones en la salud física, van íntimamente ligadas a los trastornos alimenticios que básicamente tienen un origen emocional, primordialmente a la anorexia y la bulimia.
“Utilizan la comida como una forma obsesiva de expresar un conflicto que se tiene emocionalmente hablando”, puntualizó.
Señaló que estos conflictos emocionales básicamente surgieron en la etapa oral, la más primitiva del ser humano, en donde la persona afectada “se quedó enganchada de una forma inconsciente”.
Mencionó que aunque se pensaría que el miedo de la persona con anorexia es a ganar peso, la realidad es que en ello se enmascara otro conflicto que surge principalmente en la adolescencia.
“Tengo una necesidad de controlar algo y para sentir que lo hago me enfoco a la alimentación, todo lo demás está fuera de control en su vida, pero controla en exceso la comida, detrás de todo esto hay un miedo a crecer, a ser adulto”, reveló.
Subrayó que a esto se suman las exigencias sociales, que en ocasiones no sólo provienen de otros círculos sino también de la propia familia.
“Especialmente de los padres que hacen observaciones en torno a la ganancia de peso y cómo se supone debería de lucir la joven o el joven en cuestión, dado que no es un miedo a engordar, esto está enmascarado, me exigen tanto que tengo miedo, la comida les da una sensación de poder”, comentó.
Resaltó que la bulimia tiene una representación psicológica encaminada a la autodestrucción y a la autoagresión que en ocasiones también incluye “castigar” a los padres o seres queridos por alguna situación que le incomoda al enfermo.
“Por otro lado, el vómito es autodestrucción, es una agresión, que no acepto una situación, no estoy de acuerdo, es también una manera de castigar a los padres”, afirmó.
Dijo que con el auge de las redes sociales el problema de los trastornos alimenticios en jóvenes se agrava toda vez que al tener carencias afectivas e incurrir en el autorechazo, el adolescente busca alguien que le refuerce su conducta nociva, para continuar con los malos hábitos.
“Estoy buscando a alguien que esté igual que yo, que sea igual a mí y si lo encuentro se me facilita y lo veo como una normalidad al pensar ‘no soy la única’. En estos grupos hay personas que influyen patológicamente en la otra persona que está susceptible y obviamente son tóxicos”, advirtió.
Agregó que lo anterior se facilita toda vez que la persona con anorexia y bulimia tiende a “aislarse” para evitar ser descubierto en sus hábitos, por lo que al igual que una persona que padece drogadicción o alcoholismo busca círculos sociales con pares, donde no se sienta juzgado.
Añadió que, ante esto, existe la necesidad de recibir ayuda profesional para vencer la anorexia y bulimia, además de ofrecer apoyo incondicional para salir del círculo nocivo.
Puntualizó que la familia debe participar en el proceso de tratamiento del paciente y modificar hábitos y patrones nocivos en el núcleo familiar que pudieran haber influido en el desarrollo del trastorno.
Subrayó que la mayoría de los pacientes con trastornos alimenticios son adolescentes, y de cada 10, nueve son mujeres.
Información:Notimex